
Admiraba su trabajo prolijo, impecable a tal punto de saber al recorrer las calles quien era el encargado de limpiarlas. Sabía que por allí había pasado el flaco Cáceres. Eso para mí era un inmenso amor a su trabajo al que le agregaba dirigir el tráfico y su saludo cordial.
Quien no lo ha visto al frente de su batería o bailando al ritmo de la batucada. Siempre dispuesto a brindar alegría a quien se le acercaba.
Así fue que el 9 de mayo me acerque para preguntarle si podría sacarle una foto para una exposición fotográfica que estábamos organizando para la semana de Baradero y queríamos fotografiar a personas destacadas de esta localidad. Su respuesta fue inmediata. Si! Como no, saque las que quiera. Le dije que no tenía mi cámara pero que en la semana iría a buscarlo para fotografiarlo y así el día 11 de mayo llegue a sacar las fotos.
Agradeció que se lo tuviera en cuenta y le prometí que luego de ser expuesta le regalaría la fotografía. Contento volvió a agradecer, posó y continuó con el trabajo que mejor hacía, que nunca nadie igualaría. Señor Flaco Cáceres, viaje tranquilo, el cielo lo espera, gracias por su trabajo, por su alegría. Sepa que lo admire por hacer un arte de la tarea que cumplía. (Esta es una de las fotos que le saque)
Jorgelina Silva
Comentarios de Facebook