El poeta español Francisco de Quevedo, satirizó a uno de sus enemigos, de portentosa nariz, dedicándole algunos versos, uno de los cuales así decía: «Érase un hombre a una nariz pegado». Recordándolo, podría decirse que, en la esquina de las calles Perito Moreno y Cornelio Saavedra, «existe un pozo con una calle que lo rodea».
El pozo, padre de todos los pozos, es de antigua data y está, vaya casualidad, sobre el bulevar Perito Moreno, una calle verdaderamente «malnacida» puesto que desde sus primeros días de existencia, pavimentada, ya dejó en evidencia que cada lluvia representaría un problema puesto que las aguas pluviales permanecen sin salida durante largo tiempo anegando buena parte de la citada calle y sus adyacencias, un problema sin solución valedera hasta el presente.
Se han reparado muchos baches en nuestra ciudad, es cierto, también lo es que quedan muchos a la espera, el que se menciona es uno de ellos y pasan los años, cambian los gobiernos, pero él se mantiene allí, tapado por el agua, acechando la rueda de auto, moto o bicicleta que, confiada, se meta en sus profundidades con inciertas consecuencias tanto para el rodado como para los conductores.
El Diario de Baradero
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