Violento y brutal asalto a la gerente del Nación de San Pedro

(Foto ilustrativa)

¿Qué se esconde detrás de este hecho?; ¿Por qué la policía no lo dio a conocer?; ¿De quién se sospecha?; ¿Hubo entregadores?
Todo esto se desprende luego de que prácticamente cuatro días después tomara estado público el brutal asalto y robo sufrido por la gerente del Banco Nación, sucursal San Pedro, Elida Agüero.
La mujer había llegado a la ciudad hacía cerca de un año luego de sufrir la pérdida de su hijo en un lamentable episodio acontecido en el centro de San Antonio de Areco. Ella misma había relatado los pormenores de ese hecho del que es imposible reponerse.
Ahora fue víctima de un grave acontecimiento que también marcará su vida y quizás su futuro laboral ya que hay secuelas difíciles de borrar.
Fue un ilícito de los que nunca pasan desapercibidos por más que se los quieran callar, y que ponen a San Pedro otra vez en la cima de los robos violentos y bien perpetrados, con características espeluznantes y donde existen pocas pistas para dar con los malvivientes.
El hecho en cuestión se produjo en la madrugada del sábado pasado, aproximadamente a las 05.00 de la madrugada, cuando Élida Agüero de 54 años y su prima de la misma edad se encontraban durmiendo en la casa que la sucursal bancaria posee en el primer piso.
Las mujeres fueron sorprendidas por un sujeto que las despertó y empuñando un arma blanca las obligó a levantarse y entregar todas sus pertenencias. El hombre no aparentaba ser un novato, estaba bien vestido y nunca se mostró nervioso. Mientras amenazaba a una de las mujeres, obligaba a que la otra fuera cediendo las pertenencias que allí había, además de revolver y dar vuelta toda la casa.
No conforme con lo conseguido obligó a la señora Agüero a concurrir al cajero del banco y extraer el máximo del dinero disponible, mientras permanecía en la casa amenazando de muerte a la prima. Una buena táctica para evitar que la mujer escapara. De esta forma consiguió 1.200 pesos que podían ser retirados del cajero más unos 600 que juntaron ambas mujeres. Se llevó el efectivo, alhajas y otras pertenencias, y se dio a la fuga escapando por la puerta de la calle Pellegrini, sin que nadie advirtiera lo que allí había sucedido. A su paso dejó en la puerta el cuchillo con el que perpetró el hecho esquivando sospechosamente todas las cámaras de seguridad.

¿Al borde del escándalo?
Días, horarios y víctimas son las principales coincidencias en esta clase de ilícitos. Algo que seguramente incomoda y mucho a las autoridades, y en los que se sospecha que pudieran estar relacionados en las propias internas policiales.
Con respecto al hecho, mientras tratan de establecerse algunas características particulares que tuvo el robo, y que lo agrava aun más por las aberrantes situaciones a las que fue sometida la víctima, existen cuestiones que generan dudas sobre la periodicidad y modalidad con la que se perpetran delitos en lugares que parecen “zonas liberadas”.
Por ejemplo, no era acostumbre de la mujer quedarse los fines de semana en San Pedro. Coincidentemente, le había sido otorgado el traslado a la sucursal San Isidro y ese fue el motivo por el que estaba en la ciudad, efectuando la mudanza. Es decir que el delincuente tenía la certeza de que la mujer se hallaba en el lugar.
Quien protagonizó el hecho se manejó con seguridad, sabiendo los pasos a dar. Habría ingresado por el tapial trasero del banco, el que da a la calle Hipólito Yrigoyen, y así pudo llegar hasta el primer piso, que es donde se encontraban durmiendo las mujeres.
En el momento en que exigió a la víctima retirar el dinero del cajero se quedó con la prima de esta en la casa, así evitaba ser filmado por las cámaras de seguridad que existen en ese sector del banco. Es decir, en todo momento evitó ser alcanzado por las lentes de los dispositivos de filmación.
La modalidad coincide con los últimos hechos de gravedad registrados en la ciudad… y el silencio también. ¿El que calla otorga?

Fuente: laopinionsemanario.com.ar