Luego de una prolongada ausencia provocada por una continuidad de roturas de las que demoró en recuperársela para el uso cotidiano, reapareció en nuestras calles la barredora municipal que ha vuelto a cepillar, derramar agua y levantar polvo como lo hizo siempre, acompañado todo ello con el ruido de costumbre.
Algunos sostienen que es más lo que ensucia que lo que limpia, pero siguiendo el rastro de su paso, puede comprobarse que su tarea es eficiente, aunque nunca, por supuesto, como la que puede realizar una persona.
Sea como fuere, lo cierto es que ya puede verse a la barredora nuevamente realizando su tarea y, de esa forma, una tradicional imagen de nuestra ciudad, ha vuelto a trajinar los asfaltos baraderenses.
El Diario de Baradero
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