
Quien recorra el camino vecinal que pasa por la zona rural conocida como «La Cambicha», es probable que distinga, entre las malezas y arbustos, unas ruinas dfe lo que fue en otros tiempos una construcción importante: el almacén de Querzoli. Así se lo conoció y se lo conoce pese a que no fue Querzoli su fundador sino la familia Pérez que lo erigiera y luego pasó a otras manos hasta culminar en las del citado Querzoli, apodado «El Duque» en razón de que así se llamaba el caballo con el que Querzoli venía hacia el poblado. Como en muchos otros casos, el sobrenombre se transfirió de padre a hijo, y algunos pocos todavía llaman así a quien es archiconocido en nuestra ciudad como «Zito» Querzoli ya que este otro sobrenombre se terminó imponiendo sobre el primitivo.
El almacén de Querzoli resultó históricamente importante en Baradero, cuando el campo estaba habitado por muchas familias las que, paulatinamente, fueron abandonando la vida rural para trasladarse a la ciudad donde se podía disfrutar de comodidades que en el campo no existían.
Por esa causa muchos de los comercios de la zona rural fueron languideciendo y podría decirse que casi han desaparecido a excepción de unos pocos.
La foto muestra el almacén a principios del siglo XX, hasta puede verse un surtidor de combustible instalado sobre la vereda, época en que la vida era muy distinta a la de hoy y la sociedad también. El paso del tiempo, en este caso, fue terminante y lo que se aprecia como una construcción, sólida, llamativa para esos años, hoy ha desaparecido como producto del abandono forzoso al que se vio sometida.
El Diario de Baradero
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