Estuvo en la cárcel 55 días por una causa en la que se investiga la trata de personas en un campo de Baradero. La justicia lo dejó en libertad por falta de pruebas en su contra. “Ahora sólo pienso en rehacer mi vida”, le dijo a La Vanguardia en el primer reportaje que concedió tras su liberación.
Francisco Di Luca tiene 20 años, aunque aparenta más. Hace 24 horas salió de un lugar en el que pasó 55 días y al que no piensa volver: la cárcel. Todo comenzó en el mes de enero cuando la Dirección Provincial de Delegaciones e Inspecciones dependiente del Ministerio de Trabajo de la Provincia realizó operativos para registrar irregularidades en la zona rural de Baradero donde halló trabajadores golondrinas en “condiciones indignas”, según el informe oficial. Las inspecciones revelaron que alrededor de 150 trabajadores rurales, de origen boliviano, y de las provincias de Santiago del Estero y Tucumán se encontraban desempeñándose en condiciones precarias en centros agrícolas de esa zona. Aquel operativo fue realizado por nueve inspectores del área de registración laboral y dos inspectores expertos en seguridad e higiene que llegaron hasta el establecimiento denominado “Don Lucas”- que arrendaba un productor papero de Balcarce, Oscar Di Luca, que sigue teniendo pedido de captura, en sociedad con otro de Tandil, Ángel Montes. Por esta causa, además estaban detenidos un tractorista, el cabecilla de uno de los grupos de trabajadores santiagueños, y el sobrino del productor local, Francisco Di Luca, a quien el miércoles un juez de Campana, el mismo que le dictó la prisión preventiva, lo dejó en libertad por falta de mérito en una causa en la que no cierran muchas de las cosas que se dijeron públicamente. A su regreso a Balcarce, Francisco Di Luca le concedió el primer reportaje al diario La Vanguardia. Habló de su terrible experiencia en la cárcel de Ezeiza y Marcos Paz donde estuvo alojado, del apoyo de su familia, de sus amigos, y de su tío a quien no ve desde aquel día en que fue detenido por la Gendarmería. “Yo fui a trabajar a Baradero por la cosecha de papa y me pasó esto. No estaba a cargo de la gente ni era el capataz, sólo estaba encargado de controlar la carga de los camiones. En un momento estando allá hubo un problema con un trabajador que tuvo síntomas de lo que parecía podría ser dengue, fue llevado al hospital, no es que se escapó como dijeron, y a raíz de eso UATRE hace una denuncia, interviene el Ministerio de Trabajo, y se hace una denuncia en el Juzgado de Campana. Cuando llego al campo en el lugar ya estaba presente gendarmería, el Ministerio y el gremio. Me presenté, me pidieron mis datos y el sábado 9 de enero a la diez de la noche, en la puerta del hotel donde paraba en Baradero me detuvieron. Me dijeron que tenían que presentarme a declarar el lunes 11 en el Juzgado de Campana, pero como era sábado me tenían que dejar detenido. Así que estuve en la Unidad N° 28 en Buenos Aires hasta el lunes 11 que fui a declarar a la mañana. Ahí la pasé realmente mal. Estuve 2 días en un calabozo de un metro por un metro, sentado en una tarima de cemento. Al otro día, declaro en Campana, vuelvo a la Unidad N° 28 y de ahí me trasladan a Ezeiza hasta el día 28 de enero que me llevan al Penal de Marcos Paz”, cuenta Di Luca.
La prisión preventiva. El lunes 25 de enero, el juez federal dictó la prisión preventiva de Francisco Di Luca, y lo procesó como coautor en el delito de trata de personas. “Yo no entendía de qué forma me había involucrado en esa situación, que además jamás existió. La seguridad que tenía era que la causa se iba a caer, pero a medida que iban pasando los días…la desesperación me ganaba, aunque puede estar tranquilo”. Y sigue: “cuando el Juez me dicta la prisión preventiva, mi mamá, mi hermana y yo decidimos cambiar los abogados y poner un abogado que nos recomendó el doctor Daniel Canto. Así fue que llegamos al doctor Hugo Pinto que fue un gran acierto porque pudo juntar muchas pruebas, presentarlas, buscar testigos y consiguió mi libertad”.
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