Algunos lo siguen desde Cemento. No sólo grandes bandas del rock local tuvieron su origen en el mítico boliche. El 3 de enero de 1994, hace 25 años, Crónica TV dio su primera noticia: sentados detrás de un escritorio, rígidos y algo nerviosos, los presentadores Gustavo Chapur y Rossana González informaron que durante la madrugada de ese día había sido clausurado Cemento.

El móvil traía la voz indignada del dueño del lugar, Omar Chabán, y los testimonios aliviados de algunos vecinos que contaban cómo los habitués orinaban en la puerta de sus casas y que la música, los gritos y demás ruidos molestos no los dejaban dormir. Un policía, con su característico lenguaje alambicado, explicó los motivos de la clausura: presencia de menores alcoholizados (los dividió, como se estilaba, en masculinos y femeninos) y una parrilla en medio de la pista que proveía de choripanes y hamburguesas a los concurrentes.

Antes de dar esta noticia, los jóvenes locutores, sentados detrás de escritorio desnudo, con dos micrófonos, un monitor, algunos papeles  y un reloj colgado de la pared a sus espaldas, habían leído un breve manifiesto firmado por el dueño del flamante canal de noticias, Héctor Ricardo García. El comunicado no aportaba demasiadas novedades. No había nadie que no supiera cuál era el ideario y las intenciones del empresario de medios que llevaba para entonces más de tres décadas de experiencia con éxitos y grandes golpes de efecto.

García había triunfado en los medios gráficos. Sus comienzos, siendo muy joven, estuvieron ligados a revistas partidarias de Boca. Así es Boca fue un suceso. Luego vendrían más éxitos. El diario Crónica llegó a tener tres ediciones (matutina, Quinta y Sexta) y a vender más de 600.000 ejemplares diarios, y la revista Así, con formato tabloide, títulos catástrofe, páginas sepia y fotos impactantes podía llegar a vender más de 900.000 ejemplares.

El traspaso a la televisión no generaba incertidumbre pero sí expectativas. Ya se sabía qué podía ofrecer García en la TV. A principios de los ’70 fue licenciatario de Teleonce y lo puso en el primer puesto a base de programas populares hasta que los hombres de José López Rega se quedaron con el canal a punta de pistola. Ya bien entrada la década del ’80, se hizo cargo de Canal 2, la emisora platense o el quinto canal, que en ese entonces en Buenos Aires se veía todavía entre lluvias, ruidos de frituras y fantasmas.

García vio un resquicio en un problema societario entre los dueños del canal, lo rebautizó Tevedós, invirtió en equipos para mejorar la transmisión y, otra vez, la gente lo acompañó.

Esa aventura duró poco. La Justicia intervino y en medio de batallas legales (y la situación dramática de la economía del país y los cortes de energía que restringían el horario de transmisión de los canales), García se retiró y el canal volvió a ser ignorado por el público.

Las placas de Crónica durante el último Mundial

Las placas de Crónica durante el último Mundial

Sin embargo en esa corta experiencia en Tevedós se puede encontrar un claro antecedente de Crónica TV. El apogeo de ese canal se dio a principios de 1988, durante ese verano trágico en el que Olmedo cayó del balcón, en el que Carlos Monzón asesinó a Alicia Muñiz y en el que hubo levantamientos militares.

En 1994 el panorama había cambiado. Era el uno a uno y la televisión por cable estaba en expansión, llegando a su apogeo. Había varios canales de noticias. Creados por grupos muy poderosos, todavía no habían encontrado su perfil propio (todos se parecían demasiado entre sí) ni un público fiel que todavía recurría más a los diarios de papel, la radio y a los noticieros nocturnos de los canales de aire.

Por entonces CVN de Cablevisión, TN de Clarín y Red de Noticias de Telefe eran los canales que ofrecían noticieros, separados por segmentos, a la manera de los canales de aire y programas de entrevistas y opinión.

El arribo de Crónica TV revolucionó el ambiente. García había entendido el sentido de estos canales, lo hizo antes que nadie. La inmediatez, la noticia al instante, las imágenes de los hechos cuando están sucediendo, las voces de los protagonistas en el momento. La propuesta fue sencilla y exitosa: 24 horas en vivo, muchos móviles, mayoría de imágenes en la calle. El estudio sólo se utilizaba para pasar de un móvil al otro.

La muerte de Rodrigo, una de las noticias que se vieron primero por Crónica TV

La muerte de Rodrigo, una de las noticias que se vieron primero por Crónica TV

Otra novedad que aportaba el canal era recurrir a lo que ya conocía. García trasladó a la televisión su fórmula. Si había funcionado en las revistas, en el diario y en sus anteriores incursiones televisivas no veía el motivo por el que no se volviera a repetir. De ese modo se dedicó a lo que se había dedicado siempre y que los otros canales obviaban: el fútbol, el turf, la lotería, los entretelones del mundo del espectáculo y las noticias policiales tenían un lugar preponderante.

 La propuesta fue sencilla y exitosa: 24 horas en vivo, muchos móviles, mayoría de imágenes en la calle. El estudio sólo se utilizaba para pasar de un móvil al otro

Sin embargo todas estas cuestiones no explican el éxito del canal. Hay un elemento fundamental sin el cual sería difícil entender el fenómeno que produjo. El tratamiento de las breaking news, de las noticias de último momento, fue su gran rasgo distintivo.

Cada vez que sucedía algo impactante, generalmente una tragedia (y la década del ’90 fue prolífica en el tema) los espectadores elegían a Crónica. El canal llegaba antes y ese era uno de sus grandes orgullos. En medio de la cobertura, imprimían reiteradamente una placa recordando a qué hora el canal había informado esa noticia.

Crónica siempre tenía que ser el primero. Por eso sus periodistas siempre estaban en la calle dando vueltas, a la espera de salir hacia el lugar de los hechos. También influía otro factor: el espectador sabía que ahí había menos filtro que en los otros canales, que si había algún elemento escabroso, Crónica no se lo iba a escamotear.

Gilda cantando en Crónica TV

Gilda cantando en Crónica TV

Sin embargo el gran rasgo distintivo tuvo que ver especialmente con un aspecto formal que encierra una paradoja: el canal que menos atención y presupuesto le dedicaba a lo estético se diferenció por una propuesta gráfica. Crónica siempre tuvo escenografías sencillas (o nulas), logos anticuados y videographs más que precarios Pero son su placas rojas su marca de estilo y su aporte a la televisión de noticias. Una influencia que sigue hasta hoy.

 Cada vez que sucedía algo impactante, generalmente una tragedia los espectadores elegían a Crónica. El canal llegaba antes y ese era uno de sus grandes orgullos. En medio de la cobertura, imprimían reiteradamente una placa recordando a qué hora el canal había informado esa noticia

El rojo de fondo (hasta ese entonces color muy poco utilizado en la televisión), la locución afectada y sonora de Claudio Orellano y la musicalización recargada también se impusieron.

En su entretenido y reciente libro sobre el canal llamado Fue primicia. Historia de Crónica TV (Ediciones Continente), el investigador Marcelo Figueroa da cuenta de cómo surgió aquella idea revolucionaria.

«García buscaba impacto. Y optó por el rojo furioso, intenso, rojo sangre. Lo hizo por instinto, sin conocer la teoría. Una tarde enero de 1994, durante la primera semana de transmisión, la periodista Graciela Astorga se cruzó con su jefe en un pasillo del canal. El Gallego llevaba los cables de las agencias con algunas noticias del día y al pasar dijo: ‘Vamos a hacer un poco de lío con esto’. ‘Escribí este título’, indicó García al operador de videograph. ‘Poneme la letra más grande’, siguió. ‘¿Se le puede dar color? Que sea rojo’ pidió sin analizar otra alternativa. ‘Quiero que llene toda la pantalla’, ordenó. Se conformó con el resultado y publicó la placa durante unos pocos segundos, muda, sobre la nota que estaba al aire. Después la repitió. Un locutor leyó el texto y el musicalizador completó con Barras y Estrellas. En ese momento el control enmudeció. García codeó a su productor ejecutivo y le hizo notar la atención que había generado entre los técnicos ese primer cartel. Se convenció. Había acertado una vez más», detalló Figueroa.

El reciente libro “Fue primicia. Historia de Crónica TV” (Ed. Continente) repasa los 25 años de la señal informativa

El reciente libro “Fue primicia. Historia de Crónica TV” (Ed. Continente) repasa los 25 años de la señal informativa

En esos primeros años no había programación fija. Sólo noticias, móviles y temas de último momento. También notas de color. Las playas, los festejos de un campeonato, alguna fiesta popular. No había noticia que se resistiera a ser interrumpida por el locutor conocido como Riverito y su sorteo de la lotería o por el programa de turf de Palermo y San Isidro.

Luego llegarían los títeres Carozo y Narizota a presentar noticias, el programa de Anabella Ascar, los bloopers, los shows de viejos ídolos de la canción popular y las joyas del archivo fílmico de García.

Los títeres Carozo y Narizota llegaron a conducir un programa en el canal

Los títeres Carozo y Narizota llegaron a conducir un programa en el canal

En los comienzos del canal algunas coberturas fueron determinantes para ubicarlo y para cimentar su fama como proveedor de las primicias. Crónica TV consiguió dar primero que sus competidores noticias como el suicidio de Alfredo Yabrán, la muerte de Carlos Menem Jr, la muerte en un accidente del hijo del entonces director técnico de la Selección, Daniel Passarella, el fallecimiento del cantante Rodrigo, el accidente de Lapa o la internación por sobredosis de Diego Maradona en Uruguay.

El 4 de enero del 2000, a media tarde, mientras todos los periodistas argentinos que estaban en Punta del Este hacían entrevistas sobre la moda del verano en la playa, Javier Díaz, el enviado de Crónica alertado por un llamado de su jefe desde Buenos Aires, levantó subrepticiamente su móvil y se dirigió a una clínica privada. Le dijeron que ahí estaba la noticia del día. Minutos después la placa roja ocupó toda la pantalla: «Primicia mundial». Luego de unos segundos, otra placa: «Maradona internado. Sobredosis de cocaína». Antes de que los demás periodistas llegaran, una tercera placa: «Está en coma». De ahí el director de cámaras cortó hacia su enviado en Punta del Este que estaba solo en la puerta de la clínica informando. Esa soledad duró menos de veinte minutos pero fue suficiente para fidelizar a los espectadores.

La tarde de la internación de Maradona, Guillermo Coppola salió a desmentir a Crónica TV. Habló de hipertensión, de que «los uruguayos le ponen más sal a las comidas» y negó lo informado ese día por el canal. Al día siguiente la policía uruguaya dio a conocer el resultado del análisis de sangre de Diego: positivo de cocaína. Crónica se vanaglorió de su acierto con otro placa: «Crónica nunca miente».

Las grandes letras blancas, otra marca registrada de Crónica

Las grandes letras blancas, otra marca registrada de Crónica

En 2007 otra vez Crónica y Maradona volverían a cruzarse. Pero esta vez, el canal estuvo a segundos de cometer un error irreversible e histórico. Diego estaba internado en la Clínica Avril desde hacía unos días. Durante el mediodía del 25 de abril comenzó a circular un rumor trágico que decía que Maradona había muerto. En las redacciones se produjeron corridas pero nadie confirmaba la noticia. Es más desde la clínica la negaban. Crónica publicó una placa negra solo con la hora. Esas placas negras que utilizaban para anunciar la muerte de un famoso. De fondo una música fúnebre. La placa se repitió varias veces hasta que salieron los médicos y la familia a aclarar que Diego se encontraba en perfecto estado.

Desde mediados de la última década García tuvo problemas fiscales e inconvenientes con la Justicia. El mundo de las noticias cambió. Paradójicamente, los canales de noticias convirtieron a los diarios vespertinos en un recuerdo. Luego llegaron los avances tecnológicos, las redes sociales y los cambios en los hábitos de consumo.

Héctor Ricardo García, el gran creador de Crónica TV

Héctor Ricardo García, el gran creador de Crónica TV

En 2011, en medio de diversos problemas, García vendió 51% del canal al Grupo Olmos. Luego de desacuerdos, peleas y juicios cruzados, en 2016 los hermanos Olmos compraron el 49% restante. Crónica TV se sigue llamando de la misma manera pero no es el mismo canal de antes.

Las placas buscan el impacto, lograr un buen chiste o un ingenioso juego de palabras para tener repercusión en las redes. Hay programas periodísticos y la política ocupa un lugar importante. Poco queda de la impronta de Héctor Ricardo García. Son, cómo negarlo, otros tiempos.

infobae.com

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