Es fundamental educar a la dirigencia y a los funcionarios en cuanto al acceso justo para las personas con capacidades diferentes. En Baradero, tanto para quienes viven en la ciudad como para quienes la visitan, el acceso a servicios, espacios públicos y atención adecuada para personas con discapacidad, ya sea transitoria o crónica, sigue siendo limitado. Esto genera un retroceso en el avance social, afectando la inclusión y la igualdad de oportunidades.

La falta de infraestructura accesible, la carencia de políticas públicas efectivas y la poca concienciación en torno a las necesidades de las personas con discapacidad agravan la situación. Es necesario promover acciones formativas para los responsables de tomar decisiones, con el objetivo de garantizar que todos los ciudadanos tengan las mismas oportunidades de participar plenamente en la sociedad.

La inclusión no es solo una obligación legal, sino un compromiso social. Si no actuamos de inmediato, continuaremos excluyendo a un sector importante de la población, perpetuando desigualdades que deberían ser superadas con educación, voluntad política y acción concreta.

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