Visto lo acontecido en la mañana del miércoles 22 de febrero, y sin olvidarnos de expresar nuestras condolencias a las víctimas del accidente ferroviario ocurrido en la estación de Once, sentimos que es necesario exponer nuestra opinión acerca del porque el sistema de concesiones actuales, la des-inversión y el desentendimiento por parte del estado nacional ocasiona nuevamente episodios lamentables.
Las aún vigentes políticas neoliberales, que permiten que las empresas concesionarias comercialicen el derecho al transporte, sin exigirles que realicen las inversiones necesarias para garantizar la seguridad de los usuarios del servicio con la complicidad de los organismos controladores que miran para otro lado, el desinterés de quienes nos gobiernan y los negociados entre amigos del poder da como resultado el estado actual de la vías y del material rodante. En el caso particular de TBA tiene un alto interés de desviar sus recursos (subsidios) al grupo Plaza, empresa dedicada al transporte automotor de pasajeros, dejando de lado la inversión sobre sus coches y vías. A los subsidios otorgados por el gobierno a TBA tenemos que sumarles que la misma es dueña de los talleres EMFER, encargada de reparar y “construir” nuevos coches (nunca hechos desde cero pero si cobrados como tales) y éstas reparaciones las paga el estado a precios sobrevaluados entonces la conclusión es que TBA termina saliendo beneficiada con cada accidente ya que nadie le obliga a realizar inversiones, al no realizarla ocurren los accidentes y los coches luego de los accidentes deben ser reparados por TBA completándose así un circulo vicioso de ingresos sin fin por parte de la empresa. Entrando en el vínculo con el gobierno, a TBA se le dio el servicio del tren Binacional, el cual fue creado con un altísimo nivel de improvisación a causa de una compra de material rodante a Holanda que no tenían (por problemas de retrochage) lugar donde circular. También se le otorgó el servicio del Gran Capitán, que corre por intermedio de la SOFSE subsidiado por el Estado Nacional, con un cochemotor preparado para recorrer cortas o medias distancias, sin aire acondicionado, hermético, sin agua potable, con capacidad para 200 personas y el recorrido de una frecuencia semanal que parte de pilar (en vez de Buenos Aires) con tarifas comparables a los micros con altas comodidades cuando el Gran Capitán hacía el recorrido entre Lacroze – Posadas SIN subsidios recibidos, transportando 1200 pasajeros por viaje con 2 frecuencias semanales, a precios realmente populares y con mayores comodidades.
Desde Asamblea la Estación pedimos desde siempre que los trenes vuelvan a ser del Estado Nacional y controlados por los empleados y usuarios. Basta de privatizaciones millonarias que no hacen mas que destruir el sistema ferroviario que tendría que ser un orgullo a nivel mundial.
Asamblea La Estación
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