Los argentinos nos preparamos para conmemorar el Día Nacional por la Memoria, la Verdad y la Justicia. Ésto se debe a que se cumple un aniversario más del golpe cívico militar que el 24 de marzo de 1976 derrocó al por entonces gobierno constitucional de María Estela Martínez de Perón.
La junta militar que asumió el poder hundiría al país en las más oscuras de las noches y los delitos de lesa humanidad cometidos fueron tan aberrantes que trascendieron las fronteras argentinas, ubicando al proceso de reorganización nacional como los responsables de uno de los peores genocidios en la historia del mundo.
Treinta mil desaparecidos es el trágico resultado de ese exterminio, que buscó socavar ideológicamente a una generación que soñaba un mundo distinto y asfixiar económicamente al país para someterlo a la dádiva de las potencias mundiales.
Baradero no fue ajeno a ésto y tiene entre sus vecinos a varios que cayeron en las garras de la dictadura.
El municipio o estado (que en definitiva somos todos nosotros) ubicó en la bajada de calle San Martín, en su intersección con Serrano, la denominada Plaza de la Memoria: un espacio dedicado al homenaje de estas víctimas, pero sobre todo para reflexionar y no olvidar, y así no volver a cometer los mismos errores del pasado.
Tres días antes pero 34 años después, el 21 de marzo de 2010, dos jóvenes de nuestra ciudad de 18 y 16 años perdían la vida al ser impactados por una camioneta de la dirección de tránsito municipal.
Memoria
Giuliana Jiménez y Miguel Portugal habían salido; como lo hacen casi todos los jóvenes a disfrutar la noche de la ciudad.
Ya en la madrugada del día domingo 21 de marzo, ambos perdieron la vida al impactar o ser impactados cuando circulaban en su motocicleta con (o por?)la Ford F100 que era utilizada por los inspectores de tránsito. El trágico lugar es el de la esquina donde Anchorena, al cruzarse con Gallo, cambia su nombre por el de Belgrano.
Lo que ocurrió después fue una serie de sucesos encadenados que terminaron con el incendio y destrucción del palacio municipal, el tribunal de faltas, la secretaría de inspección, las oficinas contiguas y la casa de quien hasta entonces era el director de inspección general y uno de los tres mosqueteros del intendente Carossi más cuestionados, Pablo Scarfoni.
Lo que comenzó con la ira de los familiares y amigos de los chicos fallecidos, quienes arremetieron a piedrazos contra los vidrios del municipio a quien hacían responsable del trágico final, se fue convirtiendo de a poco en una “pueblada” de la que todavía hoy se discute si fue genuina u orquestada, si eran vecinos o delincuentes. Lo cierto es que en esa danza de cuerpos, piedras, palos y fuego digno de una escena dantesca, se mezclaron los buenos y los malos, los que tenían sed de justicia pero también los que ambicionaban poder.
Ese espeso caldo dejó como resultado a una sociedad totalmente quebrada que hoy todavía no se puede recuperar.
Verdad
¿Qué pasó esa trágica madrugada? ¿Fue accidente o persecución? ¿Hubo abandono de persona? ¿Son o no responsables el director de tránsito y el intendente de la muerte de Miguel y Giuliana? ¿Quiénes ocasionaron los destrozos? ¿Hubo uno o varios autores intelectuales de lo que pasó?.
Por ahora no hay verdad que arroje luz sobre éstas y más dudas que todos tenemos.
Sólo existe la confusión que aportaron a la causa algunos testigos falsos, una comisión investigadora del concejo deliberante que investigó poco y nada (porque no pudo o no quiso) y terminó haciendo una sesión-circo en la que los intereses políticos de cada sector intentaron llevar beneficio para su lado, usando este hecho de manera perversa y de la cual sólo salió bien parado quien hasta entonces todos creían tener de rodillas.
Justicia
Acá llegamos a la raíz del problema, a la más dolorosa verdad: a dos años, todavía las muertes siguen impunes.
“La justicia es lenta pero llega”, siempre se lo escuché decir a mi papá. Entonces me pregunto: ¿nos servirá cuando llegue?.
¿Qué aprendimos de lo que nos pasó? Nada, absolutamente nada.
El tránsito sigue siendo un caos, seguimos manejando como nos gusta y no como nos manda la ley, seguimos sin usar casco, vamos para el lado que mejor nos queda y no como indica la mano, hablamos por el celular mientras conducimos, transitamos a alta velocidad, nada nos importa… y me incluyo, por eso hablo en plural.
Como sociedad, menos aún. Los intereses personales siempre están por sobre los de la comunidad, salvo en contadas excepciones. Como políticos, la miel del poder nos atrae, nos excita, nos enloquece a tal punto de no importarnos nada de lo que pasó y al momento de llegar las elecciones, cada uno por su lado.
Memoria, verdad y justicia
Yo propongo que Baradero tenga su propio día por la memoria, la verdad y la justicia, y sea el 21 de marzo.
Porque estamos perdiendo la memoria y tenemos que mantenerla viva a toda costa. Dijimos “no olvidamos” cuando mataron a Analía, y volvió a pasar con Marisol, crimen que también continúa vergonzosamente impune. Pasó con Miguel y Giuliana y volvió a pasar con Lucas Rotela.
Porque necesitamos saber la verdad de todo lo que ocurrió ese día.
Y porque queremos que la justicia no sea lenta y que llegue de una buena vez. Porque los responsables de la muerte tienen que ser juzgados, y los que saquearon y destruyeron deben rendir cuentas.
Sólo la justicia le va a devolver la paz a las familias de quienes murieron y sólo ella nos la dará a nosotros como sociedad.
21 de marzo de 2012… a dos años, Memoria, Verdad y Justicia…por Giuliana, Miguel; Lucas, Analía; Marisol…y tantos otros!
Darío Javier Difalco
Esto paso en Baradero hace dos años
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