Con el argumento de «pacificar» el país, Carlos Menem eligió un lugar emblemático para anunciar los indultos a jerarcas de la dictadura militar: lo hizo el sábado 7 de octubre de 1989 en Chamical, La Rioja.

En ese lugar del sur provincial, el 18 de julio de 1976, un grupo de tareas enviado por el Tercer Cuerpo del Ejército con asiento en Córboda secuestra, tortura y asesina a los sacerdotes de la parroquia de Chamical, Grabriel Longueville y Carlos Murias.
Unos días después, el 26 de julio asesinan en la puerta de su casa al laico Wenceslao Pedernera; y el 4 de agosto de ese mismo año, en las inmediaciones de Chamical, hacen lo propio con el obispo Enrique Angelelli.
Los indultos habían beneficiado a militares, guerrilleros, civiles y a los jerarcas que estuvieron dirigiendo la guerra por las Islas Malvinas. También a los militares y civiles que tomaron parte en los alzamientos de Semana Santa, Monte Casetos, Villa Martelli y el copamiento del Aeroparque Jorge Newbery, ocurridos durante el gobierno de Raúl Alfonsín.
El 7 de octubre de 1989 el presidente Menem sancionó cuatro decretos indultando a 220 militares y 70 civiles.
- Decreto 1002/89: Indulta a todos los jefes militares procesados que no habían sido beneficiados por las leyes de Punto Final y Obediencia Debida, excepto el ex-general Carlos Guillermo Suárez Mason, que había sido extraditado de los Estados Unidos.
- Decreto 1003/89: Indulta a líderes y miembros de los grupos guerrilleros y otras personas acusadas de subversión, entre ellas personas que se encontraban muertas o «desaparecidas». También indulta a militares uruguayos.
- Decreto 1004/89: Indulta a todos los participantes de las rebeliones militares carapintadas de Semana Santa y Monte Caseros en 1987 y de Villa Martelli en 1988.
- Decreto 1005/89: Indulta a los ex-miembros de la Junta de Comandantes Leopoldo Galtieri, Jorge Isaac Anaya y Basilio Lami Dozo, condenados por los delitos cometidos en la conducción de la Guerra de las Malvinas.
BTI
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