Imposible contener las lagrimas.
La distancia y el corazón se juntan en la congoja ante tanto desatino.
Desde la pantalla del televisor se muestra la intolerancia de unos pocos que ocupan muchos espacios, intentando demoler la historia de un pueblo pacífico
Aunque la voz de en off reitera sin cesar que se trata de una pueblada, desde lo mas profundo de las entrañas, los baraderenses de raza sabemos que no es así.
Son miles de hombres y mujeres que salen para ser dolorosos testigos de algo que presintieron iba a ocurrir.
Los pueblos crean sus propios monstruos y terminan siendo devorados por ellos, sin compasión. No importa quien lo dijo. Es una verdad demoledora.
Este es el caso de nuestro pueblo: Baradero
Años de indiferencia, años sin participación popular concreta, crearon espacios vacíos, ocupados por mercenarios y patoteros que hoy se siguen apropiando de la voluntad de la mayoría, alejando al prudente, al voluntarioso y al bueno, tanto de la actividad social intermedia como política.
Ayer y hoy parece que la muerte se impone sobre la razón.
Ayer, Analía y Marisol
Hoy, Giuliana y Miguel
Baradero, cuna de tantas realizaciones con beneficio para el desarrollo nacional, no puede ni debe abandonarse a la propuesta anárquica del vale todo.
En primer lugar se debe un debate profundo y sin exclusiones sobre la situación actual y el porvenir. El diálogo y la generosidad deberán tomarse de la mano para volver a ser los protagonistas. Escuchar y escucharnos.
El tránsito y el uso de casco deberán abrir las puertas a una discusión global y profunda sobre todo el Baradero presente y a futuro.
Ha llegado el momento de agruparse .Los problemas de Baradero y de la Argentina, debemos resolverlos nosotros. No podemos importar colombianos, venezolanos o irlandeses para las soluciones.
La seguridad, la educación, la salud, la participación, son asuntos exclusivamente nuestros. Tal vez copiando bien en lugar de inventar mal.
Los baraderenses y los argentinos seguimos encontrando un problema para cada solución, avanzamos por donde vinimos y nos preocupamos por lo que va a pasar en lugar de pensar en lo que hay que hacer. Y además hacerlo.
Moraleja o conclusión:
Debemos animarnos e incluirnos en las organizaciones intermedias y en los partidos políticos.
Tiempos de cambio no significa cambiar a los actuales dirigentes para que luego todo siga igual como muestra repetida del gatopardismo que nos imponemos desde décadas. Reclama cambios de actitudes.
Integrarse y darse son desafíos permanentes para todos los integrantes de una sociedad con objetivos de grandeza. Baradero necesita de todos los hombres y mujeres de buena voluntad para crecer y pertenecer. Sin dudas, dentro del núcleo popular hay referentes capaces de la convocatoria. Busquemos.
Los pueblos se fundan día a día.
A poco de cumplir 400 años, Baradero necesita refundarse. Este es un momento oportuno para que este hermoso pueblo recupere su lugar de primero entre pares.
José Luis Rodríguez – L.E. 4.746.668 – Bernal – Bs.As.
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