
A través de su cuenta facebook, la dirección de derechos humanos de la municipalidad, realizó una nota de aclaración sobre su participación el la denuncia del abogado patrocinante de Branto.
El letrado habría denunciado la participación de policiales locales en apremios ilegales dentro de la comisaria para con Branto, luego de que este fuera perseguido y detenido por amenazar a su ex pareja y a los propios efectivos con un arma de fuego.
ACLARACION
Por medio de la presente me dirijo en especial a la familia de Juan Carlos Dumbsky y a todas aquellas personas que pudieron haberse sentido ofendidas producto luego de leer las distintas notas reflejadas en los portales de noticias locales acerca de mi actuación en el caso de la detención de Nazareno Branto.
Considero que las notas no reflejan lo que en lo personal pienso al respecto. Una cuestión son mis sentimientos y otra son mis obligaciones como responsable del área a mi cargo, cuestiones que no deberían superponer una sobra otra, porque de lo contrario estaríamos privilegiando nuestros intereses por sobre nuestras obligaciones. No hay nada peor que un funcionario omita una obligación para favorecer a un interés personal o a terceros.
Antes que nada debo aclarar que no soy doctor (abogado) como se expresó en un medio, por lo tanto es imposible que pueda ejercer la defensa del imputado. Segundo, el día jueves, y siendo alrededor de las 17 horas aproximadamente me llama por teléfono el Concejal Carlos Olmos que se encontraba cerca de mi oficina, que a esa hora estaba cerrada, comunicándome que unas personas querían hablar conmigo de manera urgente porque un familiar estaba siendo golpeado en situación de detenido. A raíz de que no podía moverme de mi domicilio por una indisposición física, le solicité a Olmos si estas personas podrían trasladarse a mi casa para atender la urgencia. Recibo en mi casa al hermano del detenido junto a una señora que lo acompañaba, el primero me expresa que su hermano había sido torturado en la comisaría local y que otro familiar que estaba allí lo sintió gritar desde “adentro”. El hermano me dijo también que cuando fue detenido lo llevaron al hospital, y que según conocidos que tiene y que trabajan allí, le comunicaron que su hermano estaba bien. Agregó que todas las lesiones le fueron propinadas posteriormente al resultado del precario médico, dentro de la misma comisaría. Le pregunté si tenía abogado y me dijo que estaba al tanto, y fue allí donde por primera vez me enteré que el detenido era Nazareno Branto casi al terminar la conversación.
Acto seguido me comunico con un efectivo de la fuerza quién me dijo que Branto había sido detenido por un tema de violencia de género, que sus heridas habían sido producto de una caída del techo o de la moto cuando intentaba eludir a la policía, que tenía un arma de guerra y que había invadido propiedad ajena. Dentro de todo ese controvertido contexto, y habiendo sido informado por la familia, mi obligación era determinar si Branto realmente había sido víctima de apremios y vejaciones dentro de la comisaría, y que de ninguna manera podía mirar para un costado por más que Branto sea un delincuente o tenga un prontuario criminal extenso, no porque yo lo quiera, sino porque hay una normativa y un protocolo que me obliga a bucear el accionar policial durante cualquier procedimiento irregular, y la situación de cualquier detenido dentro de la comisaría tenga o no prontuario.
Al día siguiente me comunico con el abogado defensor y me dijo que por razones laborales iba a radicar la denuncia por apremios y vejaciones en horas de la tarde en fiscalía y que pudo verlo solo unos minutos el día anterior y que estaba muy golpeado. Solicité a través de un efectivo policial que me haga el puente con Fioravanti para que me relatara la versión oficial de la policia, y a su vez envié un whatsapp al fiscal Granda para interiorizarme aún más del tema. Con ambos no llegué a comunicarme.
Me queda claro, por el tenor de los comentarios en las redes, que hay una idea instalada acerca del rol que me ocupa en este caso. Considero que ciertos titulares y parte del contenido, incompleto, algunos con errores, llevó a la gente a quedarse solamente con lo que el título insinúa y analizaron con ese resumen, que como dije, refleja solo parcialmente todo lo que quise expresar.
Dicho esto, siempre dejé muy en claro lo que pensaba sobre Branto:
1) Que el imputado esté suelto, haciendo tropelías no es culpa mía ni de los DDHH.
2) El imputado asesinó a un servidor público de forma artera y tiene una condena social de la mayoría de nuestra ciudad, incluida mi persona.
3) El imputado fue detenido el jueves a raíz de una denuncia por violencia de género, hecho que lo transforma en este caso puntual en victimario, no en víctima.
4) El imputado tiene los oficios de un abogado particular, no necesita que yo lo defienda.
No obstante, y a pesar de que comparto la indignación general por el pasado de Branto , tengo una obligación y una tarea institucional que cumplir de la cual no puedo hacerme el distraído ni omitir porque estaría incumpliendo los deberes de funcionario público. Si existieron apremios ilegales y vejaciones dentro de una comisaría es grave e inconstitucional por más que el detenido haya provocado el crimen más atroz, y muy a pesar o herir ciertas susceptibilidades, a veces en ocasiones haciendo mi labor siento interiormente sentimientos encontrados que chocan entre sí y me afectan, y este es un caso, pero finalmente uno debe hacer lo que corresponde aunque interiormente no nos satisfaga desde lo personal.
LUIS VERDINA
DIRECTOR DE DDHH
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