La política argentina se vio sacudida este martes con la confirmación de que el expresidente Alberto Fernández fue denunciado por su expareja, Fabiola Yáñez, por episodios de violencia de género cuando ambos convivían en la quinta presidencial de Olivos y por “terrorismo psicológico” en la actualidad, mientras ella reside en Madrid con el hijo que tienen en común. Por decisión del juez federal Julián Ercolini, Fernández no podrá salir del país ni tener ningún tipo de contacto con Yáñez mientras avanza la causa.

 

 

La resolución judicial es breve pero contundente y destaca que, aunque Yáñez no quiso hacer la denuncia por violencia de género en junio pasado, este martes se contactó con el juez para concretarla porque el expresidente la presionaba y acosaba diariamente. “(La ex primera dama) manifestó estar padeciendo lo que definió como ‘terrorismo psicológico’ por parte de la persona denunciada, así como acoso telefónico, de manera diaria. Dado que el presunto agresor se contactaba mediante mensajes telefónicos amedrentándola psicológicamente. Ante ello, fue interrogada acerca de si, en esta oportunidad, deseaba instar la acción penal, a lo que la compareciente manifestó expresamente que a raíz de lo ocurrido, sí deseaba hacerlo”, recopila el texto.

La denuncia tiene una precuela, vinculada con otra investigación que complica al exmandatario, por abuso de autoridad e incumplimiento de los deberes de funcionario público. Es la causa en la que Ercolini investiga si Fernández le facilitó negocios de intermediación financiera a su exsecretaria, María Cantero, y su pareja, Héctor Martínez Sosa. Para esa investigación fue secuestrado el teléfono de Cantero y en él aparecieron chats, fotos y videos de Yáñez exponiendo lo que el juzgado consideró posible violencia de género. En junio, cuando esto surgió durante las pericias sobre el teléfono de Cantero, contactaron a Yáñez, le ofrecieron denunciar, ella declinó y la causa fue archivada. Ayer, Ercolini la desarchivó.

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En junio, alguien a quien el juez no identifica le pidió a Yáñez “que no inste la acción penal en contra de su presunto agresor” y por eso ella eligió no ratificar la denuncia. Quien hasta hace dos días se presentaba como el abogado de la exprimera dama, Juan Pablo Fioribello, declaró ante numerosos medios que la violencia física de la que daba cuenta la primera nota periodística al respecto “no existió” y que sólo había habido “una fuerte discusión de pareja”. En las últimas horas, Fioribello dejó de ser el abogado de Yáñez, quien denunció ante Ercolini sin representación letrada.

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