Hay partidos que marcan, para bien y para mal. Pueden ser victorias, pueden ser derrotas, pero los encuentros decisivos convierten en ídolos a algunos jugadores y llevan a otros al olvido. Eso sucedió con la final de la Libertadores entre Boca Juniors y Fluminense, en el que seguramente John Kennedy se aseguró un lugar en el corazón de los torcedores del Flu por la eternidad. En la Ribera, algunos de los protagonistas exhibieron estirpe azul y oro y fue por eso que recibieron una ovación en lo que fue la primera presentación del equipo tras la dura caída en el Maracaná. Otros, quedaron apuntados…
Sin Jorge Almirón, quien seguramente hubiera sido repudiado por muchos en la Bombonera en caso de haber continuado como DT, Boca rescató un empate en cancha de San Lorenzo entre semana y tuvo que jugar sus últimas fichas en la Copa de la Liga para buscar la clasificación a la Libertadores 2024 vía Tabla Anual. El público, en el duelo ante Newell’s de ayer, se hizo sentir. Colmó las tribunas, cantó de principio a fin y dejó un mensaje de incondicionalidad pese a cualquier resultado. “Esta campaña volveremo’ a estar contigo”, sonó cuando el equipo del interino Mariano Herrón saltó al campo de juego.
Antes, hubo diferentes reacciones en cada tribuna cuando las voces del estadio mencionaron la formación inicial. El podio tuvo a Chiquito Romero, un habitué entre los ovacionados desde sus brillantes actuaciones en las definiciones de penales; Miguel Merentiel, goleador boquense en el año que encima haría delirar a todos con la fabricación de una infracción dentro del área de forma agónica que él mismo canjeó por gol; y Luis Advíncula, el nuevo mimado. El peruano, uno de los más destacados en el certamen continental, se metió a todos los Xeneizes en el bolsillo con su tanto de zurda en la final ante Fluminense. Entienden los fanáticos que juega con el corazón en la mano, por eso el reconocimiento, que se esperaba, se concretó.
Todo lo opuesto sucedió con Edinson Cavani, de floja producción en el duelo decisivo contra los brasileños. El charrúa marcó apenas tres tantos desde que arribó a la institución y, pese a haber mostrado algunos destellos de su calidad europea, en líneas generales estuvo por debajo de su nivel esperado. Jugó casi siempre y no se borró, pero a los simpatizantes no les alcanzó. Hubo algunos silbidos dispersos cuando lo mostraron en la pantalla. Todavía necesita tiempo para sumar crédito en las populares y plateas.
“Aunque ganes o pierdas, no me importa una mierda, sigo siendo Bostero, porque a Boca lo quiero…”, fue el hit de inicio en el choque ante la Lepra, que arrancó con mayor posesión pese a que los hinchas locales convirtieron en un hervidero el Alberto J. Armando.
EL TERMÓMETRO, MINUTO A MINUTO
A los 18′, Cavani pivotea una pelota lejos del área rival y la pierde. Los murmullos no se hacen esperar. Enseguida, Boca recupera y el uruguayo recibe dentro del área, pero busca un centro que no prospera cuando muchos hinchas le pedían que pateara al arco. No hay caso, el recuerdo de la final en Río de Janeiro está todavía muy fresco y la paciencia con el ex Valencia está al límite. Lo opuesto sucede con Advíncula, que recupera un balón a la media hora de juego y se gana la ovación de todo el estadio. “Porque a Boca lo quiero, lo vengo a alentar, en las buenas, y en las malas mucho más”, es uno de los últimos cánticos con los que La 12 cierra el primer tiempo que termina sin goles.
En el complemento, otro de los referentes del plantel saca de quicio a casi todos en la cancha: Pol Fernández. Un pase débil que aborta el avance de Boca en tres cuartos de cancha y deja a merced el contragolpe de Newell’s hace que el capitán imante abucheos. Van apenas 4 minutos de la etapa final. A los 10′, Valentín Barco levanta un poco los ánimos con una maniobra individual en la que se saca de encima un par de marcas y remata cerca: “Hay que poner Boca, hay que poner Boca, hay que poner, un poco más de huevo”, canta la gente.
Advíncula, ahora haciendo el carril en el lado que da a las tres plateas desde donde se transmite por TV, corre a hacer un lateral y vuelve a ganarse los aplausos de todos los fanáticos de la Baja, que lo tienen cerca, se ponen de pie y lo reconocen por la final con Fluminense. En el partido no pasa demasiado y el público busca despertar a sus jugadores: “Vamo’ Xeneizes, con huevo vaya al frente, te lo pide la gente, no para de alentar; pasan los años, pasan los jugadores, La 12 está presente, no para de alentar”.
Herrón ejecuta modificaciones. Darío Benedetto reemplaza al lesionado Cavani, que se retira en medio de un griterío ensordecedor por el empuje de la gente. Los hinchas, concentrados en el cántico, no dan veredicto sobre el uruguayo, al que algunos aplauden desde los palcos. Más: Nicolás Valentini por Aaron Anselmino, que volvió a mostrar firmeza y sí es reconocido con muchos aplausos. Lo mismo ocurre un ratito más tarde con el Colo Barco, que no se despide con una ovación atronadora, pero sí envuelto en choque de palmas de miles. Más de uno no se habrá percatado que seguramente haya sido su despedida de La Bombonera, ya que tendría un acuerdo de venta con un club europeo para el próximo mercado.
El juego se extinguió con reacciones que podían esperarse. A los 28′, Chiquito Romero le ahoga el grito de gol a Guillermo May y es vitoreado por todo el mundo. A Boca le cuesta generar peligro y la parcialidad azul y oro impone presión: “Hay que poner un poquito más de huevo, y todos juntos la vuelta vamos a dar; vamos Xeneize no le falles a tu hinchada, esta es tu hinchada que te sigue adonde vas”.
En tiempo cumplido, Merentiel tira una pared, se mete en el área y genera la falta de Guillermo Balzi dentro del área. Los hinchas explotan reclamándole penal a Fernando Echenique y deliran cuando ven que el juez señala el punto fatídico. Además, arengan al uruguayo cuando charla con Benedetto para definir quién se hará cargo del tiro que puede llegar a inclinar la balanza para el local. Merentiel fue firme y por eso evitó que Lucas Hoyos le desviara el remate que llegó a cachetear.
“Boca, Boca de mi vida, vos sos la alegría, de mi corazón” fue el cierre de año de los hinchas de Boca que sufrieron, se ilusionaron y se desahogaron a lo largo de todo el 2023. Ahora, esperan que el equipo responda para volver a jugar una última final, la de la Copa Argentina. Mientras tanto, La Bombonera dejó claro qué jugadores empezarán con crédito el año próximo y cuáles están entre ceja y ceja.
Infobae
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