El cantante español Joaquín Sabina continúa internado en la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del hospital Ruber Internacional de Madrid, después de haber sido operado el jueves por un derrame cerebral, tras la caída que sufrió durante un concierto en el WiZink Center de Madrid el miércoles, el día que cumplía 71 años.

Según el último parte médico brindado este viernes, «transcurridas las 24 horas de la intervención el paciente permanece ingresado en la Unidad de Cuidad Intensivos».

«Tanto su situación clínica como los estudios de imagen realizados pasadas las primeras 24 horas de su intervención presentan una evolución favorable«, informaron desde el Ruber Internacional.

El parte médico del viernes es el último y Sabina permanecerá un día más en el centro, contó Jesús Maraña, un amigo del cantante, a los medios que se encontraban en la puerta del hospital y añadió que «pasó una buena noche» y que «seguirá en observación».

Su recuperación es «muy lenta», comunicó antes su representante, José Navarro «Berry». «Está estable, aunque su recuperación va a ser muy lenta. Mucho más lenta de lo que la gente cree. Tiene antecedentes y una edad que obligan a que seamos cautos y Joaquín esté tranquilo».

El escritor Benjamín Prado, que visitó a Sabina el jueves contó a La Sexta que la primera reacción del artista luego de la operación fue «pedir un cigarrito». Prado contó también que al músico le habría gustado continuar su actuación pero los médicos le explicaron que no estaba «en condiciones de seguir» y que su deseo se debía a que se encontraba en «un estado de euforia propia de quien está ante 15.000 personas actuando».

Sabina fue hospitalizado el miércoles, después de que sufriera una caída desde el escenario WiZink Center en Madrid. A la media hora de recital, y mientras empezaba a presentar Mediterráneo, el cantante no se dio cuenta de que se encontraba al borde de las tablas y, encandilado por las luces, se cayó al foso de seguridad entre el escenario y las primeras filas del público.

El espectáculo estuvo detenido unos 20 minutos, mientras era asistido por los médicos del lugar. Luego, el artista volvió al escenario y sentado en una silla de ruedas empujada por Joan Manuel Serrat​, llevó tranquilidad a los fanáticos y prometió a que se reprogramaría el concierto para el 22 de mayo en el mismo recinto.

“Estas cosas solo me pasan en Madrid”, dijo, en referencia a otros dos accidentes que sufrió en el Wizink Center en los últimos años.

Y agregó: “Me he dado un golpe muy fuerte que duele mucho. Con todo el dolor de mi corazón nos vamos al hospital, porque el hombro este lo tengo muy, muy, muy, muy dolorido”.

clarin.com

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