Todavía no había cumplido los tres años cuando a Diego, le cortaran las piernas en el 94′. Por lo tanto no pude apreciar su fútbol. Esa será una irremediable cuenta pendiente.
Un mediodía le pregunté a mi viejo: «¿Pero qué tanto jugaba Maradona?». Su respuesta fue tan sencilla como gráfica de interpretar; «tenía el talento de Riquelme combinado con la velocidad y gambeta de Saviola mas la picardía para declarar y la garra de Tevez – Con razón !!! – me dije.
Días después le pregunte a mi hermano mayor sobre ese loco diez bajito y su respuesta fue contundente: «es el mejor jugador de la historia, nunca habrá nadie como él».
Algo es seguro, dentro de 20 años habrá Dieguistas y Messistas discutiendo, mate por medio, quien fue el mejor; yo?, orgulloso de que los dos sean argentinos.
Hoy, tenemos la suerte de ser los que vemos a La Pulga jugar y mañana tendremos el placer y la obligación de contarles a nuestros hijos y nietos de su zurda, sus gambetas y sus goles.
Los argentinos no seremos los que mas mundiales ganamos, pero que tenemos a los dos mejores jugadores de la historia, no hay duda.
Felipe Willi, un alma albinegra.
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