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David Bowie, el innovador y emblemático cantante británico cuya carrera abarcó cinco décadas y autor de éxitos como «Fame», «Heroes» y «Let’s Dance», murió el domingo tras una batalla con un cáncer. Tenía 69 años.
 
Bowie falleció «en paz» y rodeado de su familia, dijo la madrugada del lunes su representante, Steve Martin. El artista llevaba 18 meses luchando contra un cáncer.
 
«Aunque muchos de ustedes compartirán su pérdida, solicitamos que respeten la privacidad de la familia durante su duelo», indicó el comunicado. No se proporcionaron más detalles.
 
Bowie cumplió 69 años el viernes, el mismo día en que lanzó un nuevo álbum, titulado «Blackstar».
 
El músico, cuyo verdadero nombre era David Jones, alcanzó la mayoría de edad durante la era del glam rock, a principios de la década de 1970. En sus primeros días adoptó una llamativa imagen andrógina y se le conocía por sus cambios de aspecto y sonido. Creó a su alter ego Ziggy Stardust, y el balbuciente sonido de rock de «Changes» dio paso a su disco de soul «Young Americans», coescrito con John Lennon, y a una colaboración con Brian Eno en Berlín que produjo «Heroes».
 
Algunos de sus mayores éxitos llegaron a principios de la década de 1980, con temas como «Let’s Dance» y una gran gira por Estados Unidos.
 
«En toda mi carrera, en realidad sólo he trabajado con el mismo tema», dijo Bowie en 2002 en una entrevista con Associated Press. «Puede que los pantalones cambien, pero las palabras y los temas sobre los que siempre elegí escribir son cosas relacionadas con el aislamiento, el abandono, el miedo y la ansiedad, todos los puntos álgidos de la vida de una persona».
 
Tras los atentados del 11 de septiembre de 2001 contra el World Trade Center de Nueva York, su interpretación de «Heroes» fue uno de los momentos más señalados del concierto ofrecido a los rescatistas.
 
«De lo que estoy más orgulloso es de que no puedo evitar notar que he afectado al vocabulario de la música pop. Para mí, sinceramente, como artista, es lo más satisfactorio para el ego».
 
Bowie fue introducido en el Salón de la Fama del Rock and Roll en 1996, pero no acudió a la ceremonia. Madonna, otra artista que sabe algo sobre cambiar de estilo y mantenerse en la vanguardia, lo aceptó en su lugar y rememoró cómo un concierto de David Bowie había cambiado su vida cuando asistió siendo una adolescente. David Byrne, de los roqueros Talking Heads, propuso a Bowie y dijo que había dado un revulsivo necesario al rock.
 
«Como todo rock’n’roll, era visionario, tenía mal gusto, era glamouroso, era perverso, era divertido, era vulgar, era sexy y era confuso», dijo Byrne.
 
En los últimos años, Bowie mantuvo un bajo perfil tras haber sufrido, según reportes, un ataque cardiaco en la década de 2000. Hace tres años lanzó un disco melancólico titulado «The Next Day», su primera grabación en una década y realizado en secreto en la ciudad de Nueva York. «Blackstar», que recibió críticas positivas, era otro cambio de estilo en el que reunió a músicos de jazz para tocar con él.
 
El viernes lanzó un video para su nueva canción «Lazarus», donde se ve a un frágil Bowie en la cama y cantando la canción. El tema comienza con la frase «Miren arriba, estoy en el cielo».
 
Los homenajes y reconocimientos se sucedían tras conocerse la muerte del cantante. El astronauta británico Tim Peake tuiteó sobre su tristeza en el espacio a bordo de la Estación Espacial Internacional, señalando que «su música era una inspiración para muchos».
 
El primer ministro británico, David Cameron, escribió en Twitter que la muerte de Bowie era «una pérdida enorme».
 
Cameron dijo que había crecido escuchando y viendo a Bowie, y describió al cantante como un «maestro de la reinvención» y un genio del pop que siguió acertando a lo largo de su vida.
 
Por su parte, el estadounidense Kanye West dijo en Twitter que Bowie era «tan valiente, tan creativo, que nos dio magia para una vida».
 
El artista no se sentía cómodo con parte de su obra, y una vez salió en una gira de «grandes éxitos» diciendo que sería la última vez que interpretaría buena parte de su material antiguo. Sin embargo, más tarde cedió.
 
«No soy un intérprete natural», dijo en la entrevista de 2002. «No disfruto terriblemente de actuar. Nunca lo hice. Lo he hecho y, si tengo la mente en la situación, lo hago bastante bien. Pero a los cinco o seis conciertos, me muero por salir de la carretera y volver al estudio». Estuvo casado con la supermodelo internacional Iman desde 1992.
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