
Por David Arebalo
Hoy se convoca a una nueva movilización por #NiUnaMenos en Baradero. Un repaso y análisis sobre lo que fue el caso Renata Panno.
Una muerte, un sospechoso y el colectivo de docentes indignados que se autoconvocaron ante las irregularidades de un fiscal y promovieron una marcha que resultó multitudinaria. ¿Cómo funcionan las redes sociales en el caso Renata Panno? Pocas horas llevó todo el desenlace, para un cuerpo aún caliente por los latidos de su corazón, para el final de la vida a temprana edad de Renata Panno, la joven docente de inglés de la localidad de Baradero. ¿Cómo murió? Fue la pregunta que inundó los chats de Whatsapp de la comunidad educativa y de allegados, ante la noticia de su fallecimiento.
¡Aparentemente se suicidó! sostuvieron los rápidos rumores que circularon en la sociedad. ¡A Rena la mató su pareja Marcos Calzone! comenzaron a afirmar allegados/as, que no adhirieron a la hipótesis planteada por la fiscalía comandada por Hernán Granda. Todo fue comentado, llorado, y la incertidumbre resultó la guía conductora del triste final de Renata el pasado lunes 30 de noviembre.
¿Cómo fue? ¿Qué le sucedió? ¿Se suicidó? ¿Estaba sobrepasada por las tareas laborales? ¿Su conviviente era violento? ¿ Ella quería darle fin a la relación? ¿Fue llevado su cuerpo al hospital por el mismo hombre sospechoso de ser autor del crimen? Todas preguntas que inquietaron a la prensa y al conjunto social. El fiscal Granda dio sus explicaciones el primero de diciembre ante los medios, no sin antes expresar su descontento de tener que hacerlo. En los 22 minutos que duró su discurso, Granda no reparó un solo segundo en pronunciar la palabra femicidio.
Desde la fiscalía se argumentó que no existían las pruebas suficientes para que Calzone continúe detenido, pese a los vidrios rotos en la propiedad donde sucedió el hecho, y calificaron a los gritos oídos por los vecinos como parte de “una relación normal”. Solo se tomó en cuenta el criterio medico de la autopsia preliminar, que calificó el hecho de suicidio. Granda por último provocó a la sociedad al sostener: “La gente tiene hipótesis medias extrañas” para aquellos/as que sostenían que Renanta falleció producto de un femicidio.
Las redes sociales estallaron ante el accionar de la (in)justicia de un caso que se daba casi por cerrado. Los insultos y cuestionamientos fueron el eje de los comentarios de la conferencia de prensa transmitidas por el canal de redes TH Producciones. Rápidamente, un grupo espontáneo de docentes conformado por Marina Arebalo, Alejandra Gaitan, Veronica Lucena, Virginia Ramos, Daniel Sifredi, Camila Petale, Mariana Sciancio y Cecilia Zerpa, autoconvocaron a la marcha. “Fueron inicialmente unas invitaciones a unirse a grupos de Whatsapp que colapsaron en poco menos de una hora, por lo cual decidimos configurar la cuenta de manera tal que solo los participantes pudieran leer y el grupo inicial iba comunicando lo que íbamos a realizar y la difusión en las redes sociales” afirmó la docente Marina Arébalo.
Desde el grupo de “profes” rápidamente lograron la masividad de los posteos de Facebook e historias de Instagram con el mensaje: “Marchamos contra la violencia machista de Baradero, justicia por Renata y todas las mujeres asesinadas y violentadas. Hoy (primero de diciembre) a las 19, en plaza Colón.” Siguiendo al sociólogo español Manuel Castells, es que podemos afirmar que este movimiento de indignados/as por la violencia machista encuentran en las redes sociales un nuevo espacio para compartir el dolor y la esperanza en un espacio público de la red, en el que los sujetos se conectan entre sí, sin tener en cuenta las diferencias personales, religiosas o afiliaciones políticas de cada uno/a.
La marcha, que logró la renuncia del fiscal Hernán Granda de la causa, confirma la fuerza intrínseca de un pueblo indignado. Aunque la fragmentación política, demostrada en el cierre de la marcha ante la salida del Intendente local, muestra lo efímero de la sociedad en redes y la falsedad de lo homogéneo de las masas ¿Cómo construir una sociedad que logre ponerse de acuerdo en principios básicos? Es el desafío de politizar nuestras vidas, no de manera partidaria sino desde la construcción de participación y diálogo permanente entre nosotros/as.
Con el caso Renata Panno, nos hemos dado cuenta de que podemos tener el poder de juntarnos y exigir perspectivas de género en el sistema judicial, en el grito cada vez más poderoso de Ni Una Menos. Y que siempre la duda es nuestro derecho ante la presentación de los discursos. Y estas docentes que convocaron a marchar han tenido la valentía de dudar, ante todo dudar.
Comentarios de Facebook