Los focos de incendio tienen múltiples motivos y las acciones humanas son responsables del 95% de los casos.La proliferación también se explica por el cambio climático compuesto por altas temperaturas, intensas sequías y bajos niveles hídricos. Estas condiciones hacen que los territorios sean más propensos a incendios o que se propaguen más rápidamente.
El material particulado de los incendios forestales puede viajar hasta 1000km y representar una amenaza. Las emisiones incluyen monóxido de carbono, óxidos de nitrógeno, NO2,óxido nítrico y compuestos orgánicos volátiles que empeora las enfermedades respiratorias crónicas como el asma bronquial y la EPOC, generan cambios genéticos que pueden desencadenar en cáncer, aumentan el riesgo de infecciones respiratorias y tienen efectos directos sobre otros órganos.
El impacto del humo es visible a través del aumento de hospitalizaciones, visitas a emergencias y uso de medicamentos para el asma.
Las personas más vulnerables son mayores de 65 años, personas con afecciones cardíacas o respiratorias, personas de áreas socioeconómicas bajas y niños debido a su sistema respiratorio menos maduro y mayor frecuencia respiratoria en relación con el tamaño corporal.
Desde las secciones “Patología Ocupacional y Ambiental” e “Inmunología y enfermedades obstructivas” nos identificamos con las metas de desarrollo sostenible y sustentable de la ONU.
Expresamos nuestra preocupación en las distintas geografías del país, el impacto en la salud y consideramos necesaria la concientización del problema, su priorización y la toma de decisiones para contener esta situación que enferma a la sociedad.
Una mayor conciencia sobre el impacto del cambio climático en la salud es vital para efectuar el cambio. Nos comprometemos a trabajar por ello y proponemos el relevamiento del tema, realizar actividades de educación, concientización y trabajos de investigación con un enfoque federal para abordar este problema sanitario que representa una amenaza para la salud respiratoria.
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