
Primero sintió un hormigueo en rostro. Luego dijo que tenía «la cara dura>>. Confirma ron que padece de parálisis de Bell. «No estoy en contra de las vacunas», aclaró su madre.
Un menor de edad sufrió una parálisis facial después de haberse vacunado contra el Covid-19. El niño empezó a sentir un hormigueo en su rostro y se comunicó con su mamá quien estaba trabajando. La mujer le indicó que tome paracetamol, creyendo que era un síntoma leve de postvacuna pero al cabo de unas horas se le paralizó la mitad de la cara. Rápidamente el niño fue llevado hasta el hospital.
Débora Gauna es la madre del niño afectado por este efecto secundario llamado Parálisis de Bell. Ella contó todo lo sucedido en una entrevista con radio LS2 «Mi hijo tiene un historial clínico realmente sano. Gracias a Dios tengo dos hijos que están total mente sanos», dijo la mujer y explicó lo ocurrido: «Se despertó a la una de la tarde, me llamó al trabajo y me que me envíe una selfie sonriendo. Tenía el ojo medio corrido y la boca también, ya desde ese momento salí corriendo para casa». El siguiente paso fue lla mar al Dr. Carlos Sarsotti, quien es el médico de cabecera de la familia, y éste le indicó que si el efecto no se le pasaba, concurra al hospital municipal.
Una vez en el nosocomio, determinaron que el niño sufrió parálisis de Bell producto del virus de la vacuna.
«Quiero agradecer desde ya al Dr. Sarsotti, a la enfermera Nahir y a todo el equipo médico del Hospital», resaltó Gauna y remarco: «El mensaje no es que no se vacunen. El que me conoce sabe que soy Pro vacuna, el mensaje es que presten atención todos los médicos y los papás, vacunémonos y tengamos precaución»>.
Parálisis de Bell
Consiste en una debilidad repentina en los músculos de un lado del rostro. Puede ocasionarse por la reacción a una infección viral. No suele repetirse. Se caracteriza por la debilidad muscular que provoca la laxitud de una mitad del rostro
Generalmente desaparece por sí sola al cabo de seis meses. La fisioterapia puede ayudar a evitar que los músculos se contraigan permanentemente.
Entre los síntomas, las personas pueden sufrir: dolor de oído, anormalidad del gusto o sensibilidad al sonido, debilidad en los músculos faciales, babeo u ojos secos.
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