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Columna de Cristian Mazzuchelli – Nutricionista

En algunas personas, las horas de sueño se interrumpen por el deseo compulsivo de comer. De qué se trata este síndrome y cuáles son las claves para recuperar el control.

Entre las conductas que caracterizan al comedor nocturno se destaca especialmente despertarse y levantarse de la cama de noche para comer. A veces el momento de complusión tiene lugar después de la cena, antes de irse a dormir.

Más frecuente en el sexo masculino que en las mujeres, el síndrome del comer nocturno aumenta el riesgo de obesidad y todas las afecciones relacionadas. Además, genera cambios en el humor y disminuye el rendimiento intelectual como consecuencia del sueño desordenado.

Este problema no debe confundirse con el insomnio que lleva a las personas a comer porque no pueden dormir: en tales casos el trastorno principal se relaciona con el sueño, y el desorden alimentario es secundario.

Comer nocturno: cinco señales de alerta

1. No sentir apetito durante la mañana y no comer nada -o hacerlo en muy pocas cantidades- hasta la hora del almuerzo o más tarde.

2. Sobrealimentarse por la tarde. A partir del atardecer aumenta la sensación de apetito y la ingesta de alimentos.

3. Sentir la necesidad de comer algo antes de acostarse.

4. Levantarse al menos una vez durante la noche para comer como si fuera indispensable para volverse a dormir.

5. Estar deprimido o estresado. Como consecuencia de los desarreglos en el sueño y una alimentación desordenada, muchas personas con síndrome de comedor nocturno aumentan su riesgo de padecer depresión o estrés.

Qué hacer

Dado que no todos los llamados comedores nocturnos presentan todos los síntomas, si se detecta alguna/s de las señales mencionadas conviene hacer un registro de hábitos que permita hilar más fino. Se sugiere tomar un día como muestra y anotar todas las ingestas que se realizan tanto durante el día como en la noche, incluidos los horarios, el tipo de comida y la porción, y hacer una consulta con un nutricionista.

Un profesional podrá armar un plan adecuado a la persona, que le permita organizar sus comidas, cuidar la distribución de los alimentos, combatir la tensión y reducir la ansiedad.

En algunos casos, la combinación de los hábitos saludables con farmacoterapia indicada por un médico ayuda a combatir este síndrome que influye, sin dudas, en el peso corporal.

¿Por qué se come de noche?

*Motivos situacionales. Estar solo, sentir aburrimiento, ingerir bebidas alcohólicas. Son situaciones que generan ansiedad y, por lo tanto, aumentan el deseo compulsivo de comer.

*Motivos psicológicos. Atravesar situaciones de estrés (conflictos familiares, mudanzas, separación, duelos), sentir frustración o tener sentimientos negativos (baja autoestima, soledad y depresión).

*Motivos conductuales. No respetar las comidas principales del día y sentir apetito recién al atardecer. Un comedor nocturno consume más del 25 por ciento de sus calorías diarias entre la noche y la madrugada, muchas veces debido a que suele saltear comidas o hacer una alimentación restrictiva durante el día.

Columna de Cristian Mazzuchelli – Nutricionista

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