Como homenaje a todos los trabajadores y trabajadoras, compartimos esta selección de canciones argentinas que describen, muchas veces con asombrosa precisión, las peripecias, penurias y alegrías de distintos oficios y labores. Si bien algunos ya no existen y otros han cambiado considerablemente, lo que ha permanecido inmutable es el compromiso vital que cada persona entabla con su trabajo.

1

Cornetín

“Tarí, tarí…”. Así debió sonar el cornetín del primer tranvía porteño tirado a caballo (“el tramway”), hecho tango en los 40 por Homero Manzi y Cátulo Castillo con música de Pedro Maffia. Un tal Roque Barullo lo conduce, pendiente de las mujeres bellas que circulan por la vereda, de las viejas que suben con apuro, del viento y de las fangosas calles de la Buenos Aires del siglo XIX. Un oficio que ya despareció, a mitad de camino entre el carrero de campo y el moderno colectivero.

“Con su tramway, sin cuarta ni cinchón,

sabe cruzar el barrancón de Cuyo [antiguo nombre de la calle Sarmiento]

El cornetín, colgado de un piolín,

y en el ojal un medallón de yuyo”

Versión de Roberto Grela y Nelly Omar.

2

El arriero

“Las penas son de nosotros, las vaquitas son ajenas”. Pocas frases musicales conllevan tanto significado, tanta profundidad como esta que Atahualpa Yupanqui escuchó en boca de un arriero y la incorporó en una de sus piezas mayores. En los 90 se produjo un fenómeno musical cuando el grupo Divididos grabó una versión que acercó a “El arriero” a un público que Yupanqui jamás hubiera imaginado. El arriero es quien transporta mercancías (como la hacienda vacuna) a través de grandes distancias. Una actividad casi desaparecida en la Argentina, pero que aún se conserva en la región patagónica con el arreo de ovejas.

“Un degüello de soles muestra la tarde,

se han dormido las luces del pedregal,

y animando la tropa, dale que dale,

el arriero va, el arriero va.”

Versión de Divididos.

3

El cielo del albañil

Teresa Parodi y Antonio Tarragó Ros compusieron este chamamé inspirado en aquellos hombres del litoral que han emigrado a las grandes ciudades para trabajar como albañiles. No sólo de ellos habla la letra, sino sobre el desarraigo y la estoica resistencia por no perder la identidad. Las ciudades y las rutas nacionales han sido construidas por manos llegadas desde el interior de las provincias. Esta migración interna (también llamado “éxodo rural”) dio origen al despectivo apodo de “cabecita negra”. También cuenta una penosa historia el éxodo masivo para labores rurales (“trabajo golondrina”), como las zafras del algodón, el azúcar y la cosecha de la yerba mate.

“Allá cerquita del cielo entre los andamios

Sentado como un tropero le está mateando

Igual como si estuviera en medio del campo

Debajo de alguna sombra junto al remanso”

Antonio Tarragó Ros y Teresa Parodi.

4

Los obreros de Morón

Una multitud de trabajadores yendo y viniendo por las grandes terminales ferroviarias de Buenos Aires. El compositor mendocino Jorge Marziali toma esta escena corriente para hablar de sus amigos, los obreros Morón, con su llegada vigorosa y su regreso a casa agotados. La canción fue compuesta a comiendo de la década del 80, con el inicio de la democracia, y tuvo su excepcional versión en la voz del santiagueño Alfredo Abalos.

“Hay un bolso con un peine y con un pan

Algún diario y la camisa de sudar

Y la changa cotidiana de trepar por las ventanas

En el tren que los devuelva a su lugar.”

Alfredo Abalos.

5

Pregonera

Uno de los clásicos de la época de oro del tango versa sobre un hombre que recuerda con pasión a una chica que repartía flores por las calles. La letra no dice expresamente que las venda, pero es una imperdible ocasión para recordar a los floristas, aquel oficio que se ha mantenido vigente desde aquellos tiempos en que reinaba el 2x 4. Y también recordar a una perdida costumbre de los vendedores callejeros que era la de exclamar rimas para promocionar su producto. Tango compuesto por Alfredo De Angelis, que aún hoy suele cantarse a dúo tal cual la grabaron Julio Dante y Carlos Martel en 1945.

“Una rosa roja para usted,

roja como el ansia de querer,

rosas y claveles blancos,

blancos de ilusión

y sigue la princesa su pregón.”

Julio Dante y Carlos Martel.

6

Taxi mío

Lágrimas de nostalgia y suspiros de soltera acompañan este tango, canción de apertura de “Rolando Rivas, taxista”, la telenovela ultra popular de los años 70  creada por Alberto Migré, con Soledad Siveyra y Claudio García Satur.  La letra y la música fueron creación de Carlos y Rodolfo Taboada, y la voz de la versión que se utilizó para la televisión era la de Carlos Paiva. Visión romántica de un personaje imprescindible en cada ciudad, que se reconoce solitario y enamorado de las calles y de esos fugaces momentos en que comparten sus vivencias con un pasajero.

“En qué esquina encontraré

los sueños que perdí o acaso que maté.

Taxi libre, y ya lo ve,

yo estoy en la ciudad tan solo o más que usted.”

Cortina de «Rolando Rivas, taxista».

7

Trabajando en el ferrocarril

Esta canción viene de cuando el rock argentino estaba en su plena adolescencia. En el tercer disco de Pappo´s Blues, de 1973, aparece esta canción breve, como casi todas las canciones de Pappo, que se ha convertido en uno de los clásicos del gran violero del rock nacional. Para cuando se compuso el sistema ferroviario argentino aún estaba en pie, faltaban un par de décadas para el “ferricidio” menemista y el tren formaba parte importante en la vida de aquellos (muy jóvenes) músicos que iniciaron el camino del rock criollo.

“Muchas veces cuando yo,

voy muy lejos de aquí,

recuerdo la historia,

del ferrocarril.”

Pappos Blues.

8

Zamba de Juan panadero

Esta composición de Juan Manuel Castilla y Gustavo Leguizamón habla sobre un personaje real que el poeta conoció muy bien. Juan Riera fue un panadero de origen español que llevó su oficio a la ciudad de Salta, desarrollándolo con pasión y con un profundo sentido de la solidaridad. Además, fiel a su pensamiento anarquista, impulsó en la provincia la fundación del “Sindicato de oficios varios”. Muchas anécdotas maravillosas hablan de Don Juan Riera, pero la más significativa es la que asoma en el estribillo:

“Cómo le iban a robar

ni queriendo a Don Juan Riera

si a los pobres les dejaba

de noche la puerta abierta”

Versión de Pedro Aznar.

9

Blues del estibador

Un oficio que aún se practica, aunque ha cambiado con el paso de las décadas. Para toda ciudad portuaria como Bahía Blanca, Rosario o Buenos Aires, el estibador fue y será una fuerza sanguínea fundamental para la economía local. Este rabioso blues de Memphis pone la voz de un estibador, su sacrificio, su pobreza y su enorme orgullo obrero. Canción compuesta en los 90 que recupera la imagen de antaño de los estibadores del puerto de Buenos Aires, aquellos que fueron tan bien retratados por el pincel de Quinquela Martin.

“Un, dos, tres bolsas cargué, sí, cargué,

Cuatro, cinco, seis bolsas cargué, sí, cargué,

Y cuando pierdo la cuenta, ya no me quedan fuerzas

Ni para gastar los diez palos que me quedan.”

Memphis la blusera.

10

Campana de palo

Dentro de la formidable obra de María Elena Walsh se encuentra este homenaje a las maestras rurales, que habla de paisajes olvidados y escuelas humildes con campanas de palo que “repican en la soledad”. Canción compuesta para el disco El sol no tiene bolsillos (1971) con ritmo de balada pero que se arraigó en el cancionero popular en forma de zamba. Atención con la letra: “Pobrecita patria en flor, hasta aquí llegó mi amor”. María Elena retrata con admiración a las maestras rurales pero muestra una profunda pena por la patria postergada.

“Soy la que enseña a sus hijos

a venerar la bandera

de este país generoso

del corazón para afuera.”

Por Mercedes Sosa.

11

Jangadero

Duro oficio el del “jangadero”, llevando a favor del río la tropa de troncos flotantes desde los aserraderos hasta puertos y muelles, cuidando que no se pierdan ni se atasquen en la costa. Tarea muy  peligrosa por el riesgo de morir ahogado bajo los troncos o de ser mordido por alguna serpiente y muy mal remunerada que, sin embargo, fue la base de la industria forestal del norte argentino. Un trabajo que ha quedado desplazado por la deforestación masiva. Jaime Davalos y Eduardo Falú honraron la tarea de los jangaderos en esta inolvidable canción.

“Jangadero, jangadero,

mi destino por el río es derivar

desde el fondo del obraje maderero,

jornalero del agua que se va.”

Por el Dúo Coplanacu.

12

Candonga de los colectiveros

Interpretada por el “Pro música orillera group” de Les Luthiers, esta canción que no se decide ser candombe o milonga enumera los gajes de oficio del colectivero, seguramente el más urbano de los trabajos de la gran ciudad. Puede ser que algún colectivero se ofenda con esta descripción que abunda en diabluras y transgresiones, pero la canción está compuesta con mucha simpatía, con total complicidad. Forma parte del primer disco de Les Luthiers (Sonamos pese a todo, año 1970), y es pertinente recordar que en esa época los colectiveros de la Ciudad de Buenos Aires además de conducir, cobraban los boletos.

“Plata chica no me queda cuando tengo que cobrar

o me pagan con monedas, o se bajan que embromar

eso si ante la frenta de pagarme con diez mil

en monedas de cincuenta doy vuelto muy gentil”

Les Luthiers.

Publicado por Telam

Comentarios de Facebook