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A 25 años de la muerte de Hugo del Carril, aniversario que se cumple hoy 13 de agosto, su legado cultural no se pierde. Cantor, actor, director y productor cinematográfico, fue visto por su estampa y estilo, amén de su matizado registro de barítono, como un posible sucesor de Carlos Gardel. Con una voz afinada, melódica y envolvente, convertía las letras melosas o melodramáticas de los tangos de la época en verdaderas joyas interpretativas. Gozó de una fama extraordinariamente grande, llenando los teatros en donde se presentaba y los cines donde se proyectaban sus películas, al punto de convertirse en un verdadero artista popular, reconocido sobre todo por su compromiso social y político.

Nacido bajo el nombre de Piero Bruno Hugo Fontana el 30 de noviembre de 1912, en el predio de San Pedrito 256, fue hijo de Ugo Fontana y Orsolina Bertani, dos inmigrantes italianos, hasta que el padre, arquitecto y anarquista abandonó el hogar y el chico y su madre pasaron a vivir con la abuela.

Debutó en cine en 1936 cuando Manuel Romero le ofreció 500 pesos para cantar el célebre tango “Tiempos viejos” en “Los muchachos de antes no usaban gomina”.

En 1940, después de varias giras por el exterior, ya cobraba 50.000 pesos por filme, en 1944 filmó junto a Eva Duarte “La cabalgata del circo”, en 1947 firmó contrato con Estudios San Miguel y en 1948 llegó a un cachet de 100.000 pesos, convirtiéndose en el actor más caro, junto a Luis Sandrini, antes de debutar en 1948, como director.

Su ópera prima fue “Historia del 900”. En 1951 nació su pasión por el libro “El río oscuro”, del escritor Alfredo Varela, que tituló “Las aguas bajan turbias”.

En 1958 sufrió su primer infarto y en septiembre de ese mismo año comenzó el rodaje, en Santiago del Estero, de “Tierras blancas”, un año después “Culpable” y casi de inmediato “Esta tierra es mía” y “Amorina”, con Tita Merello, tiempos en los que conoció a Violeta Curtois, su esposa, con la que tuvo cuatro hijos: Marcela, Hugo, Amorina y Eva.

En 1962 llegó a la TV con la serie “La calesita”, y un año después protagonizó el exitoso musical “Buenas noches, Buenos Aires” en el Astral, que después intentó capitalizar como director en el cine y en 1965, al mismo tiempo que comenzaba a criar nutrias en el Tigre, participó en un corto del gremio Luz y Fuerza, junto a Amanda Silva.

En 1970, Perón autorizó a Del Carril a filmar la vida de Evita con el título “La dama de la esperanza”, un proyecto que nunca pudo materializar. Tres años más tarde, el 19 de julio de 1973, asumió la dirección “ad honorem” del Instituto de Cine y preparó una ley de cine cuyo borrador entregó a Perón en 1974, junto a su renuncia al cargo.

Ese mismo año filmó su última película como director, “Yo maté a Facundo”, último título de una producción iniciada en 1948 con “Historia del 900” y que luego sumó filmes como “Surcos de sangre” (1949), “El negro que tenía el alma blanca” (1950), “Las aguas bajan turbias” (1951) y “La Quintrala” (1953/4).

Fue en los filmes que produjo y dirigió donde dio permanente cuenta de su compromiso con la causa de los desposeídos y de su absoluta independencia de criterio. Considerado un emblema del peronismo debido no sólo a su militancia y pública adhesión sino a su difundida versión de la marcha partidaria, fue encarcelado en 1955 y debió sufrir luego varios años de exilios y proscripciones.

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