En la madrugada del cinco de octubre de 1997, aparecía en una zanja, el cuerpo de Analia Ledesma de tan solo catorce años. La joven había salido a bailar esa noche y un grupo de cinco hombres la secuestro, la golpeo salvajemente y la dejo tirada, agonizante.

Dos días después, falleció en el hospital San Felipe de San Nicolás a raíz de las heridas recibidas.

Marta Mangini de Ledesma, su mamá, había denunciado a su cuñado por tráfico de estupefacientes. La venganza fue terrible, tres días antes, un llamado telefónico que atendió la abuela de Analia las alertaba: “cuando salgas te vamos a matar”.

Después de tres años, la justicia condenó a cinco de los seis sospechosos como autores materiales del hecho y luego a los autores intelectuales.

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