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Ross Marquand, Aaron en la serie, en una visita a Buenos Aires; habló con La Nación, el actor adelantó cómo será la nueva entrega de la historia zombi que estrena este lunes en Fox, a las 22

Rick (Andrew Lincoln) y su grupo encontraron un nuevo lugar para refugiarse de los caminantes en Alejandría -en la quinta temporada- y llegaron hasta ahí gracias a Aaron. Él es un reclutador de sobrevivientes que junto a Eric, su pareja, se encargan de buscar y seleccionar gente para que se una a la comunidad. A días de que se estrene la sexta temporada de la serie que volvió a poner de moda la temática zombi (el lunes a las 22 por Fox y los ansiosos pueden ver el primer episodio casi en simultáneo con Estados Unidos, este domingo, a las 22:30, por FOX1), La Nación estuvo con una de las últimas incorporaciones a The Walking Dead: Ross Marquand -Aaron-

Ross tuvo un sueño meses atrás. Soñó con unas montañas nevadas y con glaciares. Soñó que saltaba arriba de ese hielo teñido de blanco que rompe cada tanto y genera preocupación al evidenciar el calentamiento global. El joven actor abrió los ojos y fue directamente a Google y escribió la palabra «glaciar», ahí descubrió El Calafate. Desde entonces es que se le puso en la cabeza hacer un viaje de turismo al sur argentino. Luego de terminar con las grabaciones de la serie, Ross se tomó un avión y vino a Buenos Aires con el objetivo de conocer el lugar de sus sueños. Pero cuando estaba en Bariloche, un tema laboral lo hizo volver a la capital argentina para luego embarcarse en un vuelo a Santiago de Chile. Su objetivo quedó truncado pero piensa volver en enero.

Aaron está sentado en una de las oficinas de Fox en Palermo, tiene 34 años y se declara fan de la serie del momento de la que ahora es parte. Hace tres días que está en Buenos Aires y estuvo paseando, mapa en mano, en busca de comida típica. Pero se topó con un problema: todo es carne y él es vegetariano. Probó el mate, fue a boliches y disfrutó un poco del invierno. «En Atlanta hace muy mucho caliente», dice en spanglish. Estudió dos años de español en el colegio y con ese se defiende. Ross, entre sorbos de café, da algunas pistas de lo que se trae esta nueva temporada en la que promete habrá más acción, muertes inesperadas y contradicciones. De incógnito, aprovecha para pasar desapercibido ahora que todavía no es tan popular en el país. «Estoy emocionado porque soy fan del show desde el principio. Vi dos veces el primer episodio en 2010 y no podía concebir cómo podía ser tan revolucionario. Todavía lo es, no hay nada así en la televisión», dice.

-En octubre arranca la nueva temporada de The Walking Dead, ¿qué me podés contar de eso?

-Te puedo contar que es en Fox, el 12 de octubre, y que va a ser la mejor temporada. Creo que todos los actores deben decir lo mismo cuando está por arrancar una temporada. Pero, de verdad, lo pienso. La acción no va a parar. Las expectativas son altas. Va a haber más posibilidades de muerte. El peligro no para. Creo que todos, tanto los del grupo de Rick como la gente de Alejandría, van a ser llevados al límite. Vas a ver a muchos de los personajes crecer bajo el fuego, ellos van a tener que enfrentar sus más profundos temores y convertirse en otra cosa.

-En el caso de Aaron, ¿en qué dirección va a crecer su personaje comparado a la temporada anterior?

-Creo que Aaron va a tener que lidiar con unos sentimientos intensos entre culpa y vergüenza por ciertas cosas que ha hecho. Y necesita superar eso para convertirse en alguien útil tanto para el grupo de Rick como para la gente de Alejandría. Pero va a estar en la mirada de todos, el grupo de Rick no confía del todo en él. Daryl sí. Y la gente de Alejandría no sabe si puede confiar en el grupo de Rick. Es interesante el lugar de Aaron, está en el medio de todo eso.

-¿Qué grupo prefiere?

-Ahora creo que está más cerca del grupo de Rick.

-En el último capítulo de la quinta temporada parecía como si Rick hubiera perdido la razón, ¿sigue eso en esta temporada?

– Rick está viviendo la desesperación en el apocalipsis. Está cambiando. En la primera temporada tenía fe y era inocente, en algún sentido. Ahora piensa en acción, en qué podemos hacer ahora, cómo protegemos esta aérea. A la gente que le plantea cosas la deja afuera porque tiene que hacerlo. Esa es la manera que encontró después de la pérdida de su mujer, de sus amigos y todos los que estuvieron cerca de él y murieron. Va a hacer lo que esté a su alcance para proteger a su gente. No creo que enloquezca, pero actúa como si estuviera loco, eso sí.

¿Y qué va a pasar con Eric, van a seguir juntos a pesar de la discriminación de la gente de Alejandría?

-Sí, esa historia va a seguir creciendo. Hay tanto peligro y tanta gente que los quiere lastimar que se van a unir más. Ellos quieren estar adentro de las murallas de Alejandría porque es una especie de paraíso, pero hay gente que los va a querer echar y afuera está el peligro de miles de caminantes. Todos en Alejandría creen en Aaron, pero no lo quieren por su orientación sexual. Pienso que eso es lo que lo pone triste. Es importante que haya buenos personajes gay en la televisión, porque hay buenos personajes gay en el mundo real.

-¿Tenés algo en común con Aaron?

-Los dos buscamos lo mejor en las personas y tenemos esperanza. Pero también creo que somos muy diplomáticos. Miramos al mundo desde diferentes perspectivas y actuamos acorde para crear un lugar donde la gente se sienta a salvo.

-Antes de trabajar en la serie, ¿habías leído los cómics?

-Los leí un poco. Pero cuando empecé a ser parte, compré los libros y los leí lo más rápido que pude porque quería honrar el material y a Robert Kirkman, quien hizo esos libros increíbles. Algunos dicen que son cómics pero son novelas gráficas y se basan en la verdadera esencia del mundo. Tratan cosas pesadas. No es de superhéroes, es oscuro y humano. Mis padres no querían ver el programa cuando empecé a trabajar porque había zombis. «Es de miedo, no queremos verlo», me dijeron. Les dije «denle una chance porque se van a dar cuenta de que los zombis están en la parte de atrás, no son de lo que se trata el show. En realidad es sobre una familia, personas, relaciones. Es como un drama pero mejor porque tiene el aditivo de este presente peligroso con caminantes y personas que pueden enloquecer».

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-¿Por qué pensás que The Walking Dead se convirtió en un fenómeno? ¿qué le gusta a la gente de estas historias de zombies?

-Siempre fui fan de los zombis. También creo que la razón es porque parece muy posible: eso de que la muerte pueda potencialmente convertirse en «muerta viva» y que se puedan reanimar las almas con algún tipo de reacción macrobiótica o química. Creo que eso da miedo, entonces la gente queda fascinada con los caminantes. Para mí lo más emocionante es analizar la caída de la sociedad y qué pasa con esta gente. ¿Hace a la gente más fuerte?, ¿más creyente?, ¿con más esperanza?; o ¿la hace loca?, ¿más peligrosa?, ¿más desesperada?, ¿peor persona? Esas preguntas que se plantean creo que hacen al show un programa popular.

¿Es como un costado más filosófico?

-Es filosófico, es más profundo que sólo un programa de zombis. Hay gente que no le da crédito porque piensan que es un show de terror y, en realidad, plantea cosas profundas y filosóficas.

-¿De chico, qué te daba miedo?

-Le tenía miedo al diablo porque crecí en una familia muy religiosa, muy cerca de la iglesia cristiana. Creo que ese miedo tenía que ver con eso, «sé bueno sino.». Me conecté con los zombis después de que vi la película La noche de los muertos vivos, era muy chico. George Romero es el que hizo esa historia tan popular. Es uno de los directores que me contagió para sentir tanta pasión por The Walking Dead.

-¿Cómo te preparaste para entrar al mundo de los muertos vivos?

-Por suerte, yo había visto la serie y estaba muy metido. Había visto cada capítulo al menos una vez, porque la amaba. Tenía bastante información. Para mí era vivir en un presente rodeado de muerte y pensar cómo me paro ahí. Qué haría si estuviera realmente en esa situación. Aaron estaba en este ambiente apocalíptico donde la gente muere todo el tiempo pero seguía teniendo esperanza y optimismo.
-El show se parece un poco a Game of Thrones en eso de que no hay personajes inmortales, ¿va a haber alguna muerte así inesperada en esta temporada?

-Sí, absolutamente. Todas las temporadas van a tener eso. Creo que lo que hace al programa fuerte es que nunca vas a saber quién va a morir. Es terrible y triste cuando perdés a alguien que amás, tanto en la vida como en la serie. Y tenés que decir «bueno disfruté mi tiempo con ellos y espero conocer mejor a otros personajes. Lo vamos a recordar y vamos a honrar sus memorias si seguimos adelante». Creo que de lo que trata el show es de honrar a las personas que perdieron sus vidas. De alguna manera tienen suerte porque no se tienen que levantar en este mundo de pesadilla.

¿Alejandría va a dejar de ser un lugar seguro?

-Creo que el programa es tan exitoso porque siempre crea un entorno donde la superficie parece agradable y a salvo y después te das cuenta de que nada es seguro. Especialmente, ahora que se agranda el grupo de los muertos. Entonces no importa lo que hagas, ni cuán grande o fuerte sea el muro, los caminantes o la gente te van a atrapar. Creo que lo que esta temporada va a explorar es que tenés que tenerle más miedo a las personas porque algunos enloquecieron y son muy violentos.

-Ahora que empezó Fear The Walkind Deadpareciera como que se va a revelar el origen de la plaga, ¿tenés alguna teoría de cómo empezó el apocalipsis?

-Estoy fascinado con el origen. ¿Qué fue? ¿Fue alguna clase de infección? ¿Algo químico, nuclear? ¿Cuál fue el origen de todo eso? Creo que eso es algo interesante para jugar y va a ser entretenido verlo en la precuela. Pero no sé nada, no me cuentan nada aunque les ruegue.

-¿Cómo viviste el paso de Mad Men a The Walking Dead?

Los dos fueron icónicos y creo que tuvieron fans apasionados. Tuve mucha suerte de ser parte de estos dos shows porque fueron increíbles. Se hicieron muy bien, con buenos actores y directores. Creo que tener la chance de trabajar con John Hamm y esa gente increíble fue fantástico.

-Por las dudas. ¿sabés cómo caminar si te muerden?

-No, no. Espero que nunca pase. No quiero ser un caminante. Hay una escuela de caminantes donde básicamente pasan muchas horas haciendo ejercicios. Los maestros enseñan cómo moverse, cómo arrastrar los pies. No hay mucho del habla porque eso lo hacen en post producción. Ellos posiblemente abren la boca pero no sale ningún sonido.

-¿Vas a matar muchos caminantes?

-La mayor cantidad que pueda.

Fuente: La Nación

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