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Si durante mi momento frente al generoso público que asistió a la presentación de Belleza terrible en el Centro Cultural Arturo Humberto Illía, de la ciudad de Baradero, yo me hubiera atenido a las formas tradicionales, habría comenzado formulando los agradecimientos acostumbrados. No obstante —consciente de que eso hubiera reducido el alcance de ese reconocimiento a los ojos y oídos de los presentes— decidí posponer estas palabras hasta poder pronunciarlas [es decir, en este caso, escribirlas] de forma tal que su alcance fuese el máximo a mi disposición: éste es el que genera el espacio que Baraderoteinforma –por medio de Gustavo Bo— me brinda con la misma magnanimidad de mi ciudad, que tan amistosamente me acogió durante mi semana en ella.

Aprovecho entonces la oportunidad que me otorga esta publicación para ahora sí expresar mi más sincera gratitud [primero, por orden natural] a la persona que fue fundamental desde el primer momento, al gestionar los medios necesarios para que se hallase una noche y un espacio para mí. Esta es nuestra Intendenta, la Doctora Fernanda Antonijevic, quien me puso en contacto con las instituciones culturales locales para que yo pudiera presentar este libro en Baradero. Ella me brindó además, en la noche del 17 de junio de este año, el honor de sus elogiosas [dudo que merecidas] palabras con respecto a mi actividad académica y profesional.

Mi agradecimiento va también al Director de Cultura, Marcos Barlatay; al Secretario de Cultura, Julio Ávila; a las personas a cargo de, y/o involucradas en, dicho Centro Cultural; a la Sociedad Argentina de Escritores, en especial a Dorita Dolcemelo, quien personalmente me acogió al poner mis pies por primera vez en el histórico edificio que una vez fuera el Banco de la Provincia de Buenos Aires —una de las obras arquitectónicas más notables de nuestra ciudad—, después de su reencarnación como dicho Centro Cultural. Agradezco por supuesto también a quien cedió su sonora voz a la descripción pre-introductoria de mi trabajo e identidad, Javier Basualdo. Porque con abrazos y besos literales se lo expresé muchas veces, no preciso agradecer aquí el infatigable trabajo de mi hermana Pupi, que ya desde antes de mi llegada al país estuvo a mi disposición para realizar toda la operación logística necesaria para que esta noche pudiese concretarse. Y por supuesto, por sus eruditas palabras al recibirme en ese escenario.

Es inevitable que yo al mismo tiempo quiera y deba decir aquí de mi gratitud hacia todos quienes se hicieron presentes en el Centro Cultural en esa fecha, y al pueblo de Baradero en general. Son ellos quienes permitieron que yo escribiese este libro: Aun cuando originalmente su casi totalidad fue tan sólo material escrito y publicado en inglés, mi pueblo estaba presente en ese volumen. Cuando en el texto de la introducción digo: “al decidirme a traer estas narraciones a mi tierra” [hablando de mi proyecto de traducir estos textos al idioma argentino, hecho real en Belleza terrible], escribí estas palabras porque —como afirmé en el Centro Cultural— mi lector ideal es por supuesto un argentino, y de modo más concreto, un baraderense. No obstante, si los personajes de mi ficción y mis memorias, son de forma frecuente también baraderenses, insisto en que mi lector ideal —ese que mientras escribo imagino leyéndome y muchas veces me motiva— es un baraderense.

Aunque bautice a mis personajes inicialmente con nombres y rostros extraídos de mujeres, hombres, chicas y chicos de nuestro pueblo [pero que luego fantasmizo cambiándolos –como revelé el 17 de junio], ese lector ideal es abstracto, ya que es la versión colectiva de nuestra comunidad local —quien en general me inspira durante mi trabajo creativo. Fue por eso que expresé el inmenso valor de la experiencia que el momento de presentar ese libro allí —en el bellísimo Centro Cultural de nuestra ciudad— representaba para mi vida.

Dejo entonces este agradecimiento público hacia mi ciudad y su gente, con plena consciencia de que sin duda hay varios otros nombres de personas que debieron también ser mencionados pero la falibilidad de mi memoria me lleva a omitir. No sólo entonces extiendo mi gratitud a las mismas, sino que también imploro con humildad que sepan disculpar dicho silencio involuntario.

Resta aún mi deseo de, no muy distante en el tiempo, hallarme nuevamente frente a ustedes para conversar tan animada e íntimamente como en aquella —hasta ahora— nuestra única noche juntos, y presentar mis futuras obras.

Gracias, gracias a todos por tan maravillosa jornada.

 

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New York City  —  26 de Junio de 2016

Comentarios de Facebook

1 COMENTARIO

  1. Lamento, Hugo, no haber podido asistir a la presentación de tu libro; te agradezco por este medio las lindas palabras que mencionaste en el Centro Cultural por el aporte que hice a Belleza terrible . Fue muy placentero haber trabajado en ese proyecto y creo que el enriquecimiento fue mutuo. De no haber tenido mi incipiente gripe el viernes y haber podido estar presente, seguramente el público se hubiera reído de alguna de nuestras anécdotas muy comunes entre corrector y autor. Claro que te esperamos para la próxima presentación de alguna obra tuya.

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