El 5 de Junio de 2012 fallecía en Los Ángeles, EEUU, el brillante escritor novelas de misterio, terror y ciencia ficción, Ray Douglas Bradbury. Nacido en Illinois, en 1920, tuvo una infancia nómade hasta que a sus 14 años su familia se instaló en Los Ángeles, allí culminó la preparatoria, pese a que por cuestiones económicas no pudo asistir a la universidad, se convirtió en un asiduo lector y un magnífico escritor de relatos cortos, mientras se mantenía trabajando como vendedor de diarios, concurría todos los días a la biblioteca estatal. Hacia 1940 ya había escrito muchos cuentos que vendió a una revista de relatos de aventura, esto lo motivó a dedicarse full time a la escritura por lo que se trasladó a California, sede de la mayoría de las editoriales. Se convirtió en un escritor muy prolífico, en un principio se inclinó por el género policial, costumbrista y de relatos cortos de terror, cuando abrazó el género de la “Ciencia Ficción” no lo abandonó, aunque él lo denominaba de “Fantasía”, sus cuentos y novelas perseguían un fin moralista plagados de romanticismo y poesía centrándose en historias humanas dentro de un marco de un universo avasallante y cósmico. Sus obras cumbres son “Fahrenheit 451” de 1943 donde relata la vida de un quemador de libros para un régimen totalitario que un día decide guardarse uno y leerlo, y «Crónicas Marcianas” de 1950 que relata los primeros viajes hacia Marte y su posterior colonización. Ray participó en la adaptación de obras literarias para el cine, la mas destacada fue la de “Moby Dick” (1956) para John Huston y las de sus propias obras “El carnaval de las tinieblas” (1983) y “El sonido del trueno” (2005). A lo largo de su carrera recibió cientos de premios y reconocimientos, el le daba mucho valor al primero que recibió el “Benjamín Franklin” que reconoce la excelencia en la publicación independiente y el “Hugo” por Fahrenheit 451, también un cráter lunar y un asteroide llevan su nombre. Ray escribió hasta el mismo día de su muerte, cuando el 5 de junio de 2012, esta lo encontró a la edad de 91 años en Los Ángeles, California, a petición suya, la lápida funeraria, en el Cementerio Westwood Village Memorial Park, lleva el epitafio: “Autor de Fahrenheit 451”, excelente idea ya que ese libro es por excelencia la puerta de entrada al mundo de la lectura de los jóvenes del mundo.