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Sus padres, Walter Hernán Domínguez y Gladys Cristina Castro, eran militantes del Partido Comunista Marxista Leninista.

La titular de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, dio a conocer hoy los datos de la nieta recuperada número 117, hija de Walter Hernán Domínguez y Gladys Cristina Castro, desaparecidos en 1977 en Mendoza.

La nueva nieta recuperada, que conoció su verdadera identidad hace dos días, nació en cautiverio en marzo de 1978 y es la hija de dos militantes del Partido Comunista Marxista Leninista (PCML). “Esta joven lo está procesando y quiere ser respetada en este proceso”, dijo Carlotto, acompañada por las dos abuelas de la joven y uno de sus tíos.

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Domínguez estudiaba arquitectura —donde había fundado el centro de estudiantes— y era chofer de colectivo. Había trabajado desde los 14 años en un estudio contable para poder pagarse sus gastos, pero fue en la facultad donde se agudizó su compromiso social: empezó a militar en el Partido Comunista Marxista Leninista (PCML).

Gladys Cristina Castro estudiaba Diseño, pero tuvo que dejar los estudios para trabajar en una panadería. El 9 de diciembre, la patota llegó hasta la casa que alquilaba la pareja, en la calle Luzuriaga de Godoy Cruz, Mendoza, donde refugiaban a otros compañeros.

La búsqueda de la pareja comenzó al día siguiente. Su abuela paterna, María Assof de Domínguez, que con sus 83 años estuvo presente para contar el reencuentro con su nieta, pronto se convirtió en una de las referentes de Madres de Plaza de Mayo en Mendoza. Dejó el pequeño pueblo de San José, en el departamento mendocino de Guaymallén, donde se había casado con Osiris, constructor, y se había dedicado a criar a sus dos hijos, y se lanzó a buscar a su Walter, a Gladys y al nieto o nieta que llevaba en la panza.

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María le contó a la prensa mendocina que aquél 9 de diciembre, cuando supo de la desaparición de una parte de su familia, fue como si un edificio de veinte pisos se le hubiera caído encima. Además, su otro hijo debió exiliarse en Francia. Pero pronto se puso de pie y empezó a caminar. El lunes siguiente presentó un recurso de habeas corpus en la justicia federal mendocina. De allí, el periplo que se ha repetido para cada una de la Madres de desaparecidos: iglesias, juzgados, dirigentes políticos. Ni una pista.

Infocielo.com

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