los_mas_pobres_de_los_pobres_07_04_10

Por Alfredo Zurita (*)-Hoy es el día mundial de la salud, dedicado a señalar que las ciudades no son incompatibles con la vida sana que aún se lleva en las zonas rurales, y que haciendo ejercicio podemos estar tan sanos, como el campesino con su duro trabajo diario.

De no poder hacerlo solo, Resistencia dispone de campos de golf y canchas de tenis, así como personal trainers, y buen numero de spas, y centros de «fitness». También suelo ver todos los días a la dirigencia política haciendo «footing» en la Avenida Sarmiento, lugar que concentra la publicidad de los centros de medicina estética.

En Resistencia, una de las ciudades con mayor nivel de pobreza del país, cientos de miles de personas se apiñan en villas, huyendo del hambre en la zona rural. La ciudad es una de las pocas esperanzas de subsistir, tener acceso a una mejor atención médica, y educación de la que se dispone en zonas rurales. Por tanto docenas de familias llegan de las zonas rurales todos los días, y como ya no hay más tierra habitable disponible, se asientan en las zonas bajas. Todo sea por sobrevivir. En los últimos días se ha comenzado a poblar la laguna de la avenida Sabin cercana a la ruta Nicolás Avellaneda.

Como no hay fuentes de trabajo, presionar al gobierno por alimentos es casi inevitable mediante cortes de calles, ocupaciones de plazas, etc., y supongo las diferentes facciones políticas tienen en ellos recursos inagotables para manifestaciones de todo tipo a bajo costo.

LA UNNCR celebrará el día en la peatonal, donde concurre la GCU (Gente como uno, Landru dixit), disfrutando de la inserción de sus programas en la sociedad, y entregando folletos sobre cómo prevenir enfermedades a la gente que menos lo necesita, pero es cierto que con las últimas lluvias en las villas hay mucho barro, y como suelen decirme «que los chicos (?) no vayan a las villas, se podrían impresionar con tanta pobreza, y además es peligroso».

Por su parte los médicos nos dedicaremos, según el bando (o banda?) en que estemos, a señalar por la boca de nuestros dirigentes, que «no aceptamos el nuevo sistema capitado cerrado del PAMI», o que lo anterior «no es más que una campaña falaz para que vuelvan las tristemente celebres gerenciadoras que hacen de la salud un negocio para unos pocos».

En el subsector público, donde ayer hubo paros masivos de personal contratado, además de paros en la administración pública, se seguirá insistiendo en que todos somos necesarios, y no es que sobren profesionales, sino que faltan cargos para los mejores promedios de las facultades, y esto aunque los hospitales tengan ya tres profesionales por cama, en tanto el gobierno seguramente dirá que se superará un nuevo record en construcción de hospitales, que la mortalidad infantil sigue bajando y más aún lo hace la inflación.

Por su parte el ministerio de educación lanzará la dirección de salud educativa, cuyo objetivo parece ser reducir las enfermedades que afectan significativamente a los docentes, especialmente los días viernes y lunes, según alguien se ha tomado el trabajo de determinarlo estudiando los certificados médicos que justifican las ausencias en esos días.

El panorama no parece por tanto alentador, más bien un campo de concentración donde se apela a cualquier recurso para sobrevivir, claro que en distintos niveles de confort, y privarse de las vacaciones en México para algunos puede ser más duro que dejar de cenar, cosa que además los médicos aconsejan para preservar la salud.

El problema de no encontrar una salida está en la gente, que elige malos dirigentes?, o en los dirigentes, que son en sí mismo malos, y la gente no tiene otras opciones electorales?. Me es difícil decirlo porque no soy dirigente ni pobre en las villas, pero me preocupa sobremanera la GCU, lo cual incluye a los estudiantes. La consigna parece ser «perfil bajo y zafar», siguiendo el viejo consejo del Martín Fierro, «hacete amigo del juez, etc». Zafaremos?

En la década de los 90 hice varios viajes a El Salvador, luego de los acuerdos de paz de 1992, que entre otras cosas disolvieron la policía y el ejército, de modo que solo quedaron armados los cascos azules de Naciones Unidas. No había por tanto policía para dirigir el transito, y enseguida aparecieron payasos que lo hacían por monedas que arrojaban los automovilistas. Todos los días al entrar al ministerio de salud leía un graffiti en la pared al lado de la puerta del ministerio «turisteye en el salvador, el país de los tristes más tristes, donde los payasos dan vía».

De los 5 millones de habitantes del país, 200.000 murieron en la guerra civil de comienzos de los 90, y un millón huyeron del país. La violencia quedo incrustada de tal manera que aún hoy, casi 20 años después de los acuerdos de paz, las muertes violentas tienen una frecuencia igual a la época de la guerra civil. Me acordaba de esto ayer viendo los payasos y clowns de diverso tipo en los semáforos, así como limpia parabrisas, tratando de sobrevivir de su arte, ya que no es necesario den vía, los semáforos lo hacen.

Pero muchos comandantes de El Salvador zafaron, los acuerdos de paz preveían que los ex guerrilleros con títulos universitarios serian incorporados a la administración pública, lo que se cumplió, aunque una década después se descubrió que tenían títulos truchos, expedidos por la única universidad nacional, bajo control de su partido. Como excusa dijeron a la prensa que eran títulos de licenciatura en filosofía, no de médicos o ingenieros y por tanto ningún daño podrían hacer.

Sin embargo fue el asesinato de un filósofo vasco, jesuita y rector de una universidad privada, (Ignacio Ellacuria), y sus colaboradores lo que paró la guerra en El Salvador, dada la conmoción internacional que el hecho suscitó. Como dijo la hermana Pelloni luego de las muertes en el puente Chaco Corrientes a fines de 1999, que produjeron la intervención federal a la provincia, «parece que es necesario corra la sangre para que el gobierno se dé cuenta que algo pasa».

La noticia de que el presunto asesino de María Soledad Morales saldría en libertad en estos días, también hace recordar que fue su muerte la que terminó con siglos de poder feudal en Catamarca, quizás para instalar a otros señores?.y que fue el coraje de una monja, GCU, la que inició todo.

Esperemos nuestra dirigencia levante los ojos de su trozo de pastel, y se dé cuenta que «algo pasa» en este Día Mundial de la Salud, en el que ella parece brillar por su ausencia, ya que ella es ante todo «un estado de bienestar físico mental y social», del que solo parecen gozar los dos millones que se fueron de vacaciones en Semana Santa, es decir 5 % de la población del país.

 

(*) Alfredo Zurita. Profesor Titular de Salud Pública. Facultad de Medicina. Unne

 

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