Muchas personas, por suerte, utilizan su muro de Facebook para escribir cosas maravillosas que despiertan en la mayoría esa memoria emotiva que se mantiene «demasiado» adormecida por las cuestiones de urgencia, esas que hay que cumplirlas pero que no nos dejan nada.

En este caso, y tambien a modo de «despertador de lindos recuerdos», una amante de la historia, Noelia De Cesare, que atesora nada más y nada menos que el negocio de Horacio Perincioli en la esquina de Laprida y Santa María de Oro, escribió sobre un negocio que ya no está y que sin duda fue el dueño de aromas y sabores inolvidables.

En la esquina de Sáenz y Colombres, previamente estuvo en Medrano y Sáenz, se encontraba la Rotisería y Almacén de José y Emilio Nasif,  que contaba con una parte de almacén, donde había de todo y la rotisería donde se destacaban los fiambres, quesos y la estrella del lugar, los pollos al spiedo, la gente se detenía frente al negocio para verlos girar y oler ese aroma irresistible.

Noelia, en su recuerdo rescata otras facetas de este comercio:

«Si había algo que me gustaba mucho cuando era chica, eso, era ir a comprar a lo de «Nasif» con mi abuelo. Hacer las compras en ese lugar era maravilloso, tenías el sector de fiambres y quesos con pisos de madera y estanterías abarrotadas de hormas. Ese olor característico que sólo existe en lugares como aquellos, porque calculo yo, se va acumulando con el paso del tiempo.

Algo que si retuvo mi memoria es que las cosas que compraban, tenían un buen sabor, nunca comíamos chizitos con gusto a jabón de la ropa o desinfectantes.

No abría todo el día, pero a nadie le importaba, porque todos nos hacíamos el tiempo de elegir los productos que comprábamos. La hora de la siesta, los domingos y feriados, son para la familia decía su dueño.

Siempre con una sonrisa, se tomaba el tiempo justo para cada uno de los que estábamos dentro del local. Hablábamos «el mismo idioma». La cortesía ante todo. Nadie le dejaba la cartera. Y a la hora de pagar no nos devolvía caramelos, nos regalaba «la yapa», un puñado de galletitas, un pedazo de queso o algo que al consumidor le gustara, porque eso sí, conocía a cada uno de sus clientes.

Esos tiempos quedaron atrás y hoy de a poco, estamos perdiendo ciertas cosas….. ¡qué pena!»

Nuestra ciudad ya no cuenta con historiadores, por eso es importante que todos desde nuestro espacio podamos ir reconstruyéndola para las nuevas generaciones, la memoria colectiva sobre hechos y lugares nos permitirá crecer desde el recuerdo de esos hacedores que por miles aportaron para hacer el Baradero que hoy tenemos.

Un ejemplo de esto es la Pagina Baradero de Ayer y de Hoy, creado y administrado por Carolina y Liliana Huffelmann, que nació a fines del año 2010 con la intención de crear una fototeca en la web y hoy cuenta con mas de 50.000 fotos.

Comentarios de Facebook

1 COMENTARIO

  1. Hermoso recuerdo!
    Grandes los Nasif. Terribles comerciantes, siempres atentos ,predispuestos y venderte hasta lo que no tenian, ja ja.

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