Elena Galarza
Elena Galarza

Esposa de Roberto Galarza, también detenido, fue «chupada» desde su casa del barrio Obrero, donde quedaron sus cuatro hijos de entre 2 y 13 años, también presos ilegales de la Dictadura. La mujer relató su cautiverio y el de su familia. «Cuando salí en libertad no me reconocieron», aseguró.

El testimonio de Elena Farías, uno de los últimos de las audiencias en los juicios por delitos de lesa humanidad cometidos durante la última dictadura cívico militar, fue uno de los más duros de escuchar desde que comenzaron las sesiones en San Pedro.

La mujer, de avanzada edad, fue secuestrada, detenida ilegalmente y torturada, como su marido. Permaneció presa durante cuatro años y medio, y pasó por diversos centros clandestinos de detención, hasta la cárcel de Devoto.

Ofreció un relato puntilloso sobre su detención, e incluyó el encuentro que tuvo con el entonces Juez Federal responsable de la región, Luis Milesi. «Qué linda menera de festejar el cumpleaños», le dijeron. «Ni me acordaba que había sido mi cumpleaños», dijo la mujer.

Elena Farías fue secuestrada un mes después que su esposo, Roberto Galarza. Se la llevaron de su casa del barrio Obrero, donde había colaborado con la creación de un comedor para las familias de la zona. Sus cuatro hijos fueron secuestrados horas después.

«Cuando se los llevan tenían uno dos años y medio y la otra 6, y los otros dos (de 13 y 11) no podían dar con ellos, porque se los llevaban de un lugar a otro, hasta que una tía los ayuda y los encuentran, no se conocían entre sí», relató la mujer.

«Cuando yo salgo en libertad no me conocen, porque les habían dicho que yo estaba muerta. Fue muy duro retomar con mi hija, porque le costó mucho entender que yo era su mamá, porque nadie le dijo que yo estaba viva», contó.

«Los dos más grandes tenían 13 y 11. Ellos me comentan que lo levantan esa noche y los llevan a la comisaría de San Pedro. Los dos más chicos no saben dónde los llevan. Cuando yo salgo, no me conocen», dijo Elena ante el Tribunal

«Gracias a dios existe todavía el comedor (que fundó junto a su esposo y otros militantes) y me siento muy orgullosa y alegre cuando veo a los chicos jugar», dijo Elena tras las últimas preguntas del Fiscal Murray, y agregó: «Si eso es ser terrorista, extremista, no sé… yo me siento orgullosa, porque ahora comen muchos chicos, y una cosa que uno empezó sigue en pie y seguirá en pie»

Antes de irse del recinto, ya parada y sin micrófono, reflexionó: «Seguiré ayudando a comedores, y a quien lo necesite, y si eso es ser guerrillera o extremista, lo lamento… Pero pienso que cada uno, como argentino, tenemos que darle la mano a otro que necesita también, sin mirar quién es ni cómo se llame, simplemente ver la necesidad de esa persona».

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1 COMENTARIO

  1. orgullosa SEÑORA debe estar!!!!!!!!!!!!!!!Le agradezco lo que hizo y hace y los huevos de ir a declarar!!!!! GRACIAS!!!!!!!!

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