Valeria Edelsztein

Valeria Edelsztein aborda en su libro los mitos y verdades de la medicina casera. ¿Los anillos de oro sirven para curar los orzuelos? ¿La miel es un aliciente para el catarro? ¿Un vaso de leche corta con la acidez estomacal?, son algunas de las preguntas que esta doctora en Química se hace para escrutar en tono didáctico este costado de la ciencia y dedicarse al progreso en la historia de la farmacología.

 (ANDigital) En Los remedios de la abuela, Valeria Edelsztein, pasa revista a las fascinantes historias de las drogas y los remedios, desandando el camino de la medicina casera y los consejos (algunos, “flojos de papeles”) que pasan de generación en generación.

También echa luz sobre la farmacología antigua, moderna y contemporánea, desde la alquimia hasta el diseño racional de drogas, y por las curiosas historias de métodos y remedios naturales.

Entre otros mitos, aborda el uso del clavo de olor para el dolor de muelas, el arte del tirado del cuerito, o los mil y un usos de la aspirina (como quitamanchas, para la salud del pelo, para aliviar picaduras de mosquitos y, según algunos, incluso como analgésico).

Valeria es doctora en Química por la UBA. Actualmente se desempeña como docente del Departamento de Química Orgánica de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y es becaria posdoctoral del Conicet. Es autora de las separatas “200 años de ciencia en Argentina”, que forman parte de la edición 2010 del manual de Ciencias Naturales 6 de editorial Kapelusz.

Sobre su libro, publicado por Siglo XXI Editores, dialogó con ANDigital:

¿Cómo fue el proceso de escritura y de recopilación de fuentes?

Tuvo mucho que ver con que cuando empecé a escribir estaba embarazada y todos recomendaban cosas “milagrosas” para las náuseas o para sentirme mejor. Y viendo eso empecé a buscar, le escribí a Diego Golombek (encargado de la colección ‘Ciencia que ladra’), le conté las ganas de escribir al respecto, le trasladé las ideas y le gustó mucho esto de desmitificar lo que bordea a la medicina.

Me interesaba contar mucho cómo se llegaba desde la naturaleza hasta el remedio en la farmacia y por eso lo armamos de esta manera. Tratar de contar la historia, los mitos y de dónde salen los antibióticos.

Las fuentes eran variadas, de cosas que me sonaban, gente que me contó. Traté de ir a los papers originales, publicaciones del grupo de científicos que publicó ese trabajo, es muy distinto el original que una nota periodística que haya levantado el estudio. Para la parte de los antibióticos utilicé mucho de mi doctorado, material elaborado con mi grupo de trabajo, mucho de libros pero que sí están escritos de manera muy técnica.

Teniendo en cuenta el lenguaje técnico y científico de estos temas ¿cómo lograste hacerlo didáctico?

Es complicado por el lenguaje, pero se puede contarle ciencia a un nene de cuatro años, no con “la” rigurosidad científica, pero se puede. Y es ahí donde la mayoría del círculo se queja, porque si uno empieza a contarlo más o menos, hay que contarlo según el nivel de la persona que está escuchando. Funciona de la misma manera que contar desde dónde vienen los bebés. Hay gente que lo hace muy bien, como Golombek o Adrián Paenza, entre otros.

Algunos historiadores rebajan a “divulgadores” a quienes utilizan un lenguaje más llano ¿En la ciencia también se producen estas críticas desde la “cúpula” académica?

En la ciencia hay mucha crítica porque está visto como una pérdida de tiempo explicare a gente que no esté empapada, cuando supuestamente ese tiempo puede optimizarse desde el laboratorio, apuntan al ‘yo te lo cuento cómo es y si no lo entendés, bueno…’

Pero muy poca gente sabe cómo se trabaja con la ciencia en la Argentina y no saben porque no se les habla al respecto. ¿Por qué es un éxito Tecnópolis? Dicen ‘mirá lo que se hace acá’, por más que se muestre grandilocuente, hay cosas muy interesantes, está bueno que se conozca, saber de dónde viene un remedio o por qué no podemos tomar un antibiótico cuando se nos cante. Darle a la gente una base para que conozca más.

¿Qué te genera que la ciencia y la tecnología hayan alcanzado un rango ministerial?

Es genial. Creo que la mayoría de la comunidad científica opina lo mismo, más allá de cualquier postura gubernamental. Se necesita, es la base un país, todos los últimos premios Nobel hablan que la próxima revolución industrial va a ser la nanotecnología y acá se hacen cosas con eso, uno de los más capos en la materia que es Galo Soler Illia, es experto, es columnista del programa de Paenza y vale la pena escucharlo, es un excelente docente y excelente divulgador. Está bueno que se conozcan este tipo de cosas y que haya un Ministerio que lo respalde.

¿La creación de este Ministerio redunda en un mayor presupuesto para la investigación?

El tema de los subsidios es complicado, la fuente de subsidios son el Conicet, la Agencia de Promoción Científica y Técnica y la UBA. Hay plata limitada y muchos proyectos que la requieren. Realmente no sé si que haya un Ministerio da más plata, pero al menos es un respaldo moral, una entidad a nivel Estado necesaria.

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Tirar el cuerito ¿Creer o reventar?

¡Creer! En cuanto al empacho, hay varios mitos asociados, el de tirar el cuerito tiene que ver con que termina quedando un bolo alimenticio “pegado” en el estómago, provocando la indigestión. Se hacen esos masajes que duelen mucho, quien los practica se pone talco en la mano y antes cuando no había talco se ponía cenizas.

Más que masajes son pellizcos en la espalda, a los costados de la columna vertebral, que logran estimular la formación nerviosa conocida como plexo solar, lo que acelera el movimiento estomacal y expulsa el bolo alimenticio “pegado” en el estómago, tras el supuesto chasquido.

—) Carne para Todos… en la cara

En realidad eso es un estereotipo más de los dibujitos animados que siempre ante un golpen aparecen con un trozo de carne en la cara. Cuando se produce el moretón, por la sangre atrapada bajo la piel, al tener inflamación cualquier cosa fría que nos pongamos va a resultar, es el cliché de la carne, pero el hielo funciona igual, las arvejas congeladas funcionan, es como cualquier golpe que queramos desinflamar…

—) ¿Esnobismo de la gastronomía o eficaz antivomitivo?

Es verdad que el jengibre funciona como antivomitivo. Uno de sus compuestos (6-gingerol) actúa sobre el centro del vómito, evita que te agarren náuseas, para embarazadas y para quienes se marean con el movimiento.

Hay estudios con gente que hicieron girar en una máquina, a algunos les dieron jengibre a otros placebo y efectivamente funcionó, tanto o mejor que los remedios comerciales.

—) Unitarios y federales. Leche y acidez

Que la leche combata la acidez es erróneo. Hace peor, pese a que hace muchos años los médicos lo daban como efectivo, porque es uno de los alimentos menos ácidos, pero provoca un efecto rebote porque si bien te calma en el momento, las proteínas y el calcio propios de la leche hacen que se genere más secreción de jugos gástricos y por ende, empeora la sensación.

—) Homero Simpson quiso germinar una planta de salchichas en su casa de la infancia y no le funcionó ¿Tendrá éxito con una planta de aspirinas?

Es un experimento muy lindo para hacer. Tanto Homero como quien lo haga necesitará unas diez aspirinas y agua en un frasco. La aspirina en sí es el ácido acetilsalicílico y todo lo que lo rodea que son los excipientes, que le dan cierto sabor, tolerancia, etc. Cuando lo ponemos en agua se disuelve, nos queda todo disuelto en agua, si dejamos que pase el tiempo llegamos a una solución saturada, que es el punto que soporta el máximo que se pueda soportar antes de que no se pueda disolver.

Ese equilibrio finito si lo dejo mucho tiempo, tapado, algo del agua se evapora y termina pasando que el ácido acetilsalicílico comienza a formar núcleos y genera un cristal y más cristales aferrándose a las paredes del frasco y es como si creciera un árbol. Queda precioso y siempre es mejor si está oscuro y quieto. Aclaro que es sólo de vista, no es que reproduce aspirinas… menos salchichas.

Teniendo en cuenta que el acervo mitológico nacional es amplísimo ¿Te quedaron muchas cosas afuera?

En general los libros de la colección tienen un tamaño determinado y hay que acotarse, pero hay mucho para contar. Muchos experimentos por hacer, mitos hay un montón. Pero afuera me quedó algo que me llamó la atención que es lo de las verrugas, se dice que bebiendo agua de un lugar donde hayan bebido perros negros se caen.

A partir de eso comencé a leer más sobre verrugas y hay muchísimas habladurías. Dicen que hay que poner la primera saliva de la mañana porque supuestamente es más ácida y hace que se vaya la verruga. La saliva no es ácida, si no estaríamos en problemas, sí el tratamiento contra las verrugas incluye un ácido, el ácido salicílico, pero no tiene nada que ver con la supuesta acidez de la saliva, no tiene ningún fundamento. Me pregunto cuál será el origen de eso por ejemplo. Dónde se originó que la saliva es más ácida a la mañana o lo mismo que la picadura de las medusas que dicen que hay que hacerse pis en la picadura, el pis lo que tiene es más bien urea o restos amoniacales, y todo lo contrario, se recomienda poner vinagre.

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Los remedios de la abuela. Mitos y verdades de la medicina casera es parte integrante de la colección ‘Ciencia que ladra’, dirigida por Diego Golombek, de Siglo XXI Editores. (ANDigital)

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