En una escalada de precios que no parece terminar jamás y que pone a la sociedad argentina al borde del colapso económico, la Secetaría de Energía y Combustibles decidió que, a partir del próximo 1º de diciembre, aumente otra vez el GNC con lo que se complica, más todavía, el incierto panorama socioeconómico por el que atraviesa el país.
Cualquiera que haya viajado con frecuencia en los últimos meses durante los fines de semana, habrá notado una sensible merma en el tránsito vehicular en las principales rutas del país. Los viernes desde el mediodía y sábados por la mañana, se formaban extensas colas de automóviles que, por momentos marchaban a paso de hombre. Desde hace meses que tal cosa no ocurre ya que si bien la caravana de rodados es numerosa, circula con una fluidez de la que carecía tiempo atrás. Ello se debe a que ya no transita la cantidad de vehículos que antes. Prueba de ello es una resolución del gobierno nacional que subsidiará a las empresas de peaje debido a que el incremento supuesto para que recauden lo pactado no se produjo y por lo tanto, la pérdida de esas ganancias será soportada por el erario público que en los tres años que han pasado concurre presuroso en auxilio de la empresa privada la vez que en desmedro de todo lo que sea público.
En Baradero, las empresas expendedoras de GNC, prosiguiendo con la «cartelización» acordada, aumentarán el ya muy caro combustible, el metro cúbico cuesta en Baradero unos siete pesos más que en la Capital Federal, todas el mismo día, en igual magnitud y hasta en el mismo instante.

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