¿Se soluciona algo con la renuncia de Nicolás Dujovne y el reemplazo por Hernán Lacunza? ¿Por qué el presidente Mauricio Macri tuvo que recurrir a gente de María Eugenia Vidal para ocupar el cargo de ministro? Mi impresión es que el principal problema que tiene el Presidente, lo primero que necesita, es tener un plan económico. Este Gobierno cree que que desde el inicio estuvieron en el camino correcto y que tuvieron la mala suerte  que subiera la tasa de interés en EEUU en 2018 y se produjera la sequía. Si no pasaban esas dos cosas, íbamos en auto hasta las elecciones sin ningún problema. Como creen que están en el camino correcto, lo único que necesitan ahora es cambiar a un ministro desgastado por otro y con eso llegan a las elecciones. Grosero error.

Seguramente que la sequía complicó la economía y que la leve suba de la tasa en EEUU no ayudó, pero ningún país de la región entró en una crisis tan fuerte como la nuestra. Solo Venezuela y nosotros estamos fuera de control. Volviendo a nuestro caso, el problema era cantado. Salir de las Lebac para pasar a las Leliq fue otro grosero error que hoy está pagando el Gobierno con la corrida cambiaria y no sabe cómo dominar.

 Lacunza será muy buen economista y excelente persona, pero él solo no va a cambiar las expectativas de los agentes económicos haciendo lo mismo que vienen haciendo desde hace casi 4 años

Se sabía que había que cambiar las letras intransferibles en poder del BCRA que en el kirchnerismo Economía le entregó al Central por un bono de largo plazo que ayudaría a dominar el mercado de cambios en caso de corrida. Creer que la deuda intrasector público no tiene importancia y no se paga es de una impericia financiera inaceptable. Ningún banco central en el mundo opera con bonos propios porque los bancos centrales no generan ingresos para pagar el principal y los intereses de la deuda que emiten.Operan con bonos del tesoro, no con bonos propios, como la FED opera con bonos del tesoro americano.

Nicolas Dujovne, exministro de Hacienda (Bloomberg)

Nicolas Dujovne, exministro de Hacienda (Bloomberg)

El gobierno tiene dos graves problemas, no logra solucionar la crisis cambiaria, que por ahora no se transformó en crisis financiera, y no tiene un plan económico que genere confianza. Dicho de otra manera, la crisis cambiaria y de credibilidad que hoy tienen es consecuencia de no tener un plan económico. Por más que sus ministros digan que lo tienen, la realidad es que no. No creen en un plan económico integral.

 No van más las medidas aisladas de tocar un poco el IVA, algo de ganancias o precios acordados. Son parches que terminan en lo que tenemos hoy: una tasa de Leliq que en el mismo nivel que estaba en octubre de 2018 cuando largaron el plan monetario actual

Cambiemos cree que el plan económico es hacer el metrobus, inaugurar una ruta, hacer las bicisendas, poner en funcionamiento el Belgrano Cargas y ponerle asfalto e iluminar la Villa 31 y 31 Bis. Esos son acciones de infraestructura, pero no son un plan, algo que requiere de una estrategia para bajar el gasto público, llevar adelante una reforma tributaria, una reforma laboral e integrar la economía argentina al mundo.

Nunca creyeron en esa estrategia, no aceptaron a un ministro de Economía de prestigio y trayectoria que generara confianza. Dicho sea de paso, ningún economista de prestigio iba a subordinarse a las órdenes de un jefe de gabinete que demuestra desconocer cómo funciona la economía y que cree que en vez de atraer inversiones el estado tiene que «cuidar» a la gente como si el Estado fuera el papá de una legión de inútiles que no pueden progresar por su propio mérito. En el fondo, aquí hay un profundo desprecio por la capacidad de innovación de la gente de trabajo y se cree que la clave está en seguir repartiendo planes sociales a diestra y siniestra como si ese fuera el gran plan económico.

 Salir de las Lebac para pasar a las Leliq fue otro grosero error que hoy está pagando el Gobierno con la corrida cambiaria y no sabe cómo dominar

Basta con ver en qué rubros se bajó el gasto público para advertir que el único que disminuyó fue el de subsidios económicos. Es decir, subieron, como correspondía, las tarifas de los servicios públicos, pero no redujeron la carga impositiva sobre la clase media. Mientras tanto, con el tema de que el Estado tiene que cuidar a la gente, siguen repartiendo plata en planes sociales. O sea, continuaron con el progresismo del kirchnerismo, pero de otra manera.

Dijeron: «Como a la clase media la tenemos cautiva por miedo al kirchnerismo, mantengamos viva el miedo a la vuelta de los k, los exprimimos como limones con impuestos para financiar planes sociales y así conquistamos el voto peronista». El voto peronista no les llegó, el que se creían que tenían esclavo se rebeló y la economía empeoró. El progresismo los enterró económica y políticamente.

Marcos Peña, Jefe de Gabinete y de campaña

Marcos Peña, Jefe de Gabinete y de campaña

Nunca se entendió que recibir un gobierno con un gasto público consolidado del 47% del PBI y una carga tributaria consolidada del 42% del PBI requería de una política económica de shock, entendiendo por eso, un plan consistente que se aplicaría en forma gradual para desamar todo el campo minado que había dejado el kirchnerismo.

¿Qué margen de maniobra tiene ahora el Gobierno? ¿Alcanza con cambiar a Dujovne por Lacunza en Hacienda? El cambio de personas para hacer lo mismo no va a lograr dominar la crisis en la que se metió el gobierno. Lacunza será muy buen economista y excelente persona, pero él solo no va a cambiar las expectativas de los agentes económicos haciendo lo mismo que vienen haciendo desde hace casi 4 años.

 Ningún economista de prestigio iba a subordinarse a las órdenes de un jefe de gabinete que demuestra desconocer cómo funciona la economía y que cree que en vez de atraer inversiones el estado tiene que ‘cuidar’ a la gente como si el Estado fuera el papá de una legión de inútiles que no pueden progresar por su propio mérito

La única chance para recuperar el golpe de las PASO es buscar el apoyo del departamento de Estado de EEUU para frenar de un golpe la corrida cambiaria desarmando el misil de las Leliq. Ese apoyo estaría disponible, pero sólo con un plan económico consistente que incluya la dolarización de hecho de la economía, la reducción del gasto público, una reforma impositiva, laboral e integración económica al mundo, agregando un tratado de libre comercio con EEUU sin descartar el que ya está en marcha con la Unión Europea.

Perdido por perdido, la única opción parece ser presentar un plan económico audaz que enamore a la gente de un proyecto de crecimiento. No van más las medidas aisladas de tocar un poco el IVA, algo de ganancias o precios acordados. Son parches que terminan en lo que tenemos hoy: una tasa de Leliq que en el mismo nivel que estaba en octubre de 2018 cuando largaron el plan monetario actual.

El Presidente tiene que salir de su círculo de «gestionadores gerentes» y entender que el camino es totalmente diferente al de querer administrar eficientemente un sistema intrínsecamente ineficiente. Porque recordemos que «locura es hacer lo mismo una vez tras otra y esperar resultados diferentes».

Esperemos que el Gobierno salga de la locura.

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