Tras el ataque ruso a la tierra de sus padres, la meteoróloga se mostró muy angustiada y contó que no puede comunicarse con su familia

Hija de un matrimonio de ucranianos, Nadia Zyncenko sigue el minuto a minuto de la guerra con los ojos empañados. La meteoróloga no solo tiene familia en la zona invadida por las tropas rusas, sino que también conoce por sus ancestros el dolor que significa escuchar una sirena que anuncia un bombardeo. Y por eso, entrevistada por Rolando Graña Soledad Larghi para América Noticias, no pudo evitar quebrarse en llanto a la hora de hacer referencia a todos los conflictos a armados a los que se vio sometida su gente.

Estoy viviendo con mucho miedo por lo que pueda pasarle a la poquita familia que me está quedando allá. Porque esto de la guerra es una cosa muy peligrosa, cuando te caen las bombas, los misiles, cuando te caen sobre tu cuerpo, te rompen, te matan…Yo no me he podido comunicar con la hija de mi prima, que es lo que quedó después de Chernobyl y no sé cómo está”, comenzó diciendo Nadia.

Y continuó: “Las imágenes que veo, lo que me están dando es mucha angustia, incertidumbre. Sé que la están pasando mal, que es una pena, que ni los rusos ni los ucranianos, hablo del pueblo, merece esto. No sé por qué las autoridades tomaron esta decisión, como no lo sé no puedo opinar. Pero realmente han pasado tantos que no comprendo, sencillamente no lo comprendo”.

En ese momento, Graña le consultó por la situación de su pariente y la meteoróloga explicó: “Está muy cerca de Kiev. Ella se comunicaba conmigo por las redes sociales. Publicaba cositas. Yo sabía que estaban bien, ella, sus dos hijos, su papá y su marido. Hace una semana que no publica nada, no sé qué pasa, no me puedo comunicar. Lo que sí sé es cómo es una guerra. Me lo contaron mis papás. Yo sé que esto es una guerra y esto me da un alto grado de angustia”.

Hija de Vladímir Zyncenko, un ex soldado ucraniano que participó en la Segunda Guerra Mundial, Nadia creció escuchando los aterradores relatos de lo que los conflictos armados generan. Y es por eso que no puede ocultar su desolación frente a la triste realidad que ve hoy en día. “Cuando nos enteramos con mi marido que estábamos viendo televisión hasta tarde, cuando salió una red internacional que estaban atacando, ya no pude dormir bien y a partir de ahí ni como ni duermo tranquila. Esto es muy fuerte. Nosotros acá en este maravilloso país tuvimos lo de Malvinas, pero esta gente, los míos, los que vinieron antes que yo, mis abuelos, mis padres, mis tíos, toda esta gente pasó Napoleón, los alemanes, Stalin, pasaron tantas cosas y no termina nunca de pasar este dolor”, aseguró.

Finalmente, al referirse a la situación desigual entre el ejercito ruso y el ucraniano, la meteoróloga reflexionó: “Lo que ocurre con el pueblo eslavo, no solo los ucranianos sino los eslavos, es que como han vivido esta situación que recién hablábamos, es un pueblo que ama mucho su patria, por la que entrega su sangre, su sangre es vida, la madre patria, la tienen tan internalizada que es la madre. Pero los rusos igual. Habrá quienes pudieron irse antes por su situación particular y habrá quienes se habrán podido irse más tarde, de una manera más difícil. Pero hay muchos que se quedaron en su casa porque es su casa, el eslavo se queda a defender su casa”.

Infobae.com

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