A modo de recordatorio, porque es una fecha que nadie debe olvidar, volvemos a publicar hoy, al cumplirse un nuevo aniversario de ese domingo negro, una nota recordando lo sucedido el 21 de marzo de 2010.

Un día como hoy hace once años, Baradero vivió uno de los días más tristes de su larga historia, como consecuencia de un accidente entre una camioneta de Inspección de Transito Municipal y una moto, murieron los adolescentes Giuliana Giménez y Miguel Portugal. A raíz de esta tragedia un grupo de vecinos enardecidos incendiaron el edificio de la Municipalidad, el Registro Civil, el Juzgado de faltas, el Concejo Deliberante y varios vehículos.

Todo comenzó con la tragedia, provocada quizás por la presión que se ejercía para el cumplimiento de las normas de transito que pasaron a ser una disputa más que una cuestión de educación e infractores.

A las siete de la mañana, en la esquina de Anchorena y Gallo, una camioneta de Inspección de Transito chocaba con una moto en la que viajaban Miguel Portugal y Giuliana Giménez, debido a las heridas recibidas ambos jóvenes murieron.

Un grupo de vecinos quemó la camioneta y luego se dirigieron hasta las escalinatas de la Municipalidad de Baradero, allí comenzaron los canticos, la quema de gomas, luego la rotura de vidrios y finalmente el incendio, la horda embravecida corría de un lugar a otro rompiendo y prendiendo fuego todo lo que tenían por delante, mientras la gente observaba desde los alrededores el triste espectáculo.

Los medios nacionales se hicieron presentes y Baradero fue noticia, una triste noticia.

El HCD de aquel momento, creó una comisión investigadora y estuvo a punto de separar del cargo de intendente Carossi por un lapso de 90 días, pero en el momento de la votación primó la operación política y el ex intendente salió a declamar que todo había sido culpa de una banda de delincuentes. Jamás reconoció el clima de tensión que se venía viviendo en la ciudad.

La única acción que tomó fue separar al encargado del área Pablo Scarfoni, quien unos años después volvió a ser funcionario y estuvo a cargo de Espacios Verdes hasta diciembre de 2015.

La causa penal iniciada por los familiares de las víctimas, determinó que se trató de un accidente y no hubo persecución por parte de los inspectores que viajaban en la camioneta que mató a Giuliana y Miguel.

 

 

 

La sociedad baraderense mantiene hasta hoy diferentes puntos de vista sobre lo que pasó el domingo 21 de marzo de 2010. Para algunos fue una banda de delincuentes y para otros una pueblada, la respuesta de una sociedad asfixiada por el abuso de autoridad.

 

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