La empresa de fertilizantes Bunge, de Campana, se sumó este miércoles a la ola de despidos que se desató en los primeros días de enero en varios distritos bonaerenses, cuando comenzó a convocar a empleados a las oficinas de recursos humanos para informarles sobre su desvinculación.

Según una fuente cercana a la empresa Bunge, a partir de este miércoles comenzó el envío telegramas de despido a 135 operarios bajo convenio químico, lo que representa casi el 75 por ciento de su dotación.

Sin embargo, ante la consulta de La Auténtica Defensa, Rubén Ayala, del Sindicato Químico de Zárate, este martes relativizaba la versión: «Concreto no hay nada, solo son trascendidos».

Por otras fuentes, La Auténtica Defensa pudo confirmar que varios empleados fuera de convenio fueron notificados de su despido. Lo mismo les habría ocurrido a entre 25 y 30 empleados con rango de supervisor afiliados al gremio de jerárquicos.

De acuerdo a la información manejada por los trabajadores afectados, Bunge se comprometió a pagar el cien por cien de las indemnizaciones. Asimismo, prometió mantener por un año la obra social paga, al menos al personal jerárquico. Y adelantó su intención de conservar un plantel de 48 operarios, a los cuales les exigiría emigrar del convenio químico que los ampara en la actualidad.

El Sindicato Químico se encuentra en asamblea permanente y, al cierre de esta edición, aguardaba la salida del turno vespertino para poner en común información y determinar los pasos a seguir. En un estado similar aguardaban los supervisores.

En un primer momento, se comentó que el motivo de la drástica reducción era comercial. No obstante, un empleado que atendió a este medio señaló que «la venta de fertilizantes fue récord el año pasado» y que el impacto vino dado de la mano de «los costos de producción».

En ese sentido, indicó que «el 70% de los costos eran mano de obra y gas natural», la materia prima de la fábrica, factores que se habrían conjurado con el bajo precio de la urea -principal componente de los fertilizantes- a nivel mundial.

«Nosotros y Profertil (principal competidor de Bunge) vendemos el 100% de la producción. Pero nuestros volúmenes no son tan altos para licuar los gastos», explicó la fuente. La importancia de urea barata proveniente de Rusia habría sido un condimento extra.

Bunge se encuentra con su producción paralizada desde fines del año pasado, aunque hasta el día de ayer su personal había podido entrar con normalidad.

La crisis de Bunge añade un nuevo capítulo a la crisis que vive el polo químico y petroquímico regional desde hace dos años. Lanxess perdió toda competitividad y abandonó la ciudad de Zárate. Quipro, Atanor y Carboclor cerraron o disminuyeron al mínimo sus actividades. Y, cada una a su medida, desataron conflictos que agitaron la clima social. Todavía es un enigma si Bunge seguirá el mismo camino. (InfoGEI)Jd

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